Una de las herramientas más innovadoras de la agricultura moderna, la inteligencia artificial, ha sido utilizada por la startup YielData para realizar un análisis detallado sobre los posibles rendimientos de la soja en la campaña 2025. El estudio toma en cuenta las condiciones climáticas, especialmente las precipitaciones, y proyecta rendimientos en función de si las lluvias acompañan o no durante el final del ciclo del cultivo.
El análisis realizado por YielData combinó datos históricos de los últimos 40 años para prever cómo variarán los rendimientos de la soja en diferentes localidades de Argentina, dependiendo de si el clima es húmedo o seco. De acuerdo con los resultados, en un escenario húmedo, localidades como Rojas, Pergamino, Venado Tuerto y La Carlota podrían lograr rendimientos significativamente más altos que en años secos, con variaciones de hasta 1000 kilos por hectárea.
Por ejemplo, en un año con buenas precipitaciones, los productores en Rojas podrían alcanzar 4245 kg/ha, en Venado Tuerto 4488 kg/ha, y en La Carlota 4159 kg/ha, mientras que en un escenario de sequía, los rendimientos se reducirían a 4082 kg/ha, 4393 kg/ha y 3864 kg/ha, respectivamente. La misma tendencia se observó en otras localidades de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Mariano Tamburrino, uno de los socios fundadores de YielData, destacó que el uso de esta inteligencia artificial no solo permite anticipar el rendimiento promedio, sino que también ayuda a proyectar los escenarios de máximo y mínimo rendimiento según las condiciones climáticas. "En la mayoría de los casos, un fin de campaña húmedo no solo garantiza un mejor rendimiento promedio, sino que también reduce el riesgo de obtener rendimientos extremadamente bajos", explicó Tamburrino.
A pesar de las buenas perspectivas, también se reconocen los riesgos asociados con las sequías. En localidades como Arrecifes y Pergamino, los rendimientos mínimos en años secos pueden caer drásticamente, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad del cultivo frente a la falta de agua.
Por otro lado, en localidades como Chacabuco, la soja parece ser menos dependiente de las lluvias, con rendimientos estables tanto en años húmedos como secos. "En Chacabuco, las diferencias entre escenarios húmedos y secos son mínimas, lo que sugiere que factores como la calidad del suelo y las prácticas agronómicas juegan un rol clave en la estabilidad de los rendimientos", apuntó Tamburrino.
Este tipo de análisis utilizando inteligencia artificial representa una gran ventaja para los productores, ya que les permite tomar decisiones más informadas sobre las siembras y ajustar su estrategia de cultivo según las previsiones climáticas, optimizando los rendimientos y reduciendo los riesgos.