Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), alrededor del 21% de los productores agropecuarios en el país se ven afectados por esta problemática, que ahora se sitúa como uno de los principales obstáculos para el desarrollo del sector.
Este problema se coloca justo detrás de los altos costos de insumos y servicios, lo que pone de manifiesto la compleja situación que enfrentan los agricultores y ganaderos mexicanos. La inseguridad no solo implica un riesgo directo para la seguridad personal de los productores, sino que también tiene un impacto económico significativo, aumentando los costos de producción y afectando la rentabilidad.
El informe del INEGI subraya la urgente necesidad de abordar esta cuestión, tanto por parte de las autoridades como del sector privado. La implementación de medidas de seguridad eficaces, junto con el apoyo gubernamental y la colaboración entre diferentes sectores, se considera esencial para garantizar un entorno de trabajo seguro para los productores.
El sector agropecuario es vital para la economía mexicana, no solo por su contribución al PIB sino también por su papel en la generación de empleo y la seguridad alimentaria del país. Por ello, enfrentar la inseguridad y otros desafíos es fundamental para asegurar el crecimiento sostenido y el desarrollo del sector.
Este desafío requiere de un enfoque integral que involucre la cooperación entre los productores, las autoridades locales y nacionales, y otros actores relevantes. Solo así se podrá crear un ambiente propicio para el florecimiento del sector agropecuario, garantizando su contribución continua al desarrollo económico y social de México.