A medida que los herbicidas químicos tradicionales fallan, las principales empresas agrícolas, como Bayer, Corteva y Syngenta, están apostando por la IA para acelerar el desarrollo de nuevos herbicidas, fungicidas e insecticidas, según un artículo del Wall Street Journal.
El problema es grave: muchas malezas se han vuelto resistentes a múltiples tratamientos químicos, poniendo en riesgo la rentabilidad y el éxito de las cosechas. Bob Reiter, responsable de I+D de la división agrícola de Bayer, destacó la urgencia de la situación: "Nos estamos desesperando un poco. Se nos están acabando las opciones". Bayer ha desarrollado un sistema de IA conocido como "CropKey", capaz de analizar rápidamente datos de moléculas químicas que podrían descomponer la estructura proteica de las malezas, ofreciendo mejores resultados que los métodos tradicionales.
De la investigación a la comercialización
La IA no solo está acelerando el desarrollo de nuevos productos, sino que también está acortando el tiempo de comercialización. Syngenta estima que la IA podría reducir el tiempo necesario para llevar un pesticida desde su descubrimiento hasta la comercialización de quince a diez años, y disminuir en un 30% las pruebas de laboratorio y campo. Este es un avance significativo en una industria que ha visto un estancamiento en la introducción de nuevos herbicidas durante décadas.
Además, la IA permite realizar pruebas tempranas de toxicidad, cruciales para garantizar la seguridad ambiental y la rentabilidad de los pesticidas utilizados en cultivos destinados al consumo humano. Gracias a esta tecnología, Bayer está desarrollando un nuevo herbicida, Icafolin, cuyo lanzamiento en Brasil está previsto para 2028, marcando la primera introducción de un nuevo herbicida en más de treinta años.
Desafíos y advertencias
Sin embargo, no todo es optimismo. Algunos críticos, como Jay Feldman, director de Beyond Pesticides, advierten que la dependencia de nuevos productos químicos podría exacerbar los problemas de resistencia, dando lugar a supermalezas aún más difíciles de controlar. Feldman aboga por reducir el uso de productos químicos, señalando que rociar nuevas sustancias sobre malezas que se adaptan rápidamente podría empeorar la situación.
En un entorno agrícola donde la innovación es crucial para mantener los rendimientos, la IA emerge como una herramienta indispensable. A medida que los agricultores enfrentan la creciente amenaza de las supermalezas, la inteligencia artificial se perfila como un aliado clave para salvaguardar los futuros suministros de alimentos y garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola.
