El fenómeno climático La Niña, que agudiza las condiciones de sequía como las que este año complicaron la lucha contra los incendios forestales en más de una docena de provincias, presenta un 90% de probabilidades de que vaya a persistir hasta finales de 2020 y un 55% de que lo haga hasta el primer trimestre de 2021, de acuerdo con un estudio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) alertó la semana pasada que, luego de más de un año de mostrar condiciones neutrales, entre agosto y septiembre de este año se produjo en el Pacífico Tropical una transición hacia condiciones características de La Niña.
De acuerdo con un informe elaborado por la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA, se espera que el episodio de La Niña de este año sea moderado a intenso.
La última vez que se registró un episodio intenso fue en 2010/2011, seguido por un episodio moderado en 2011/2012.
"La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical: los vientos, la presión y las precipitaciones.
En general, tiene efectos en el tiempo y el clima contrarios a los de El Niño, que es la fase cálida del fenómeno denominado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS)", explicó Adela Veliz, docente de la cátedra y coautora del informe con María Elena Fernández Long y Liliana Spescha.
Veliz aclaró que "El Niño y La Niña no son los únicos factores que condicionan las características climáticas a escala mundial y regional", y advirtió que no hay dos episodios de La Niña o de El Niño que sean iguales, ya que sus efectos en los climas regionales pueden variar según la época del año y otros factores.
Según el informe, en una amplia región del sudeste de Sudamérica, abarcando Paraguay, Uruguay, el sudeste de Brasil y la región de secano de la Argentina -que incluye la Mesopotamia y la Llanura Chaco-Pampeana- se ha determinado una correlación directa entre el ENOS y las anomalías de precipitación.
"Es probable que durante el actual episodio de la fase fría del ENOS -es decir, La Niña 2020- en gran parte del Cono Sur ocurran precipitaciones inferiores a lo normal.
En la Argentina, según información que brinda el Servicio Meteorológico Nacional, este año 2020 se ha reportado como el año más seco desde 1961, mientras que el mes de octubre resultó el más seco históricamente desde el ?61", comentó Veliz.
El índice de sequía BHOA IMERG muestra situaciones compatibles con sequía intensa a moderada en el extremo norte y centro de la Mesopotamia, el centro de la Región Chaqueña y el oeste de la Región Pampeana, entre otras.
"Considerando la comunicación de la OMM y el pronóstico trimestral del Servicio Meteorológico Nacional, que indican precipitaciones inferiores a lo normal en gran parte del territorio, estamos ante una situación de alerta y monitoreo constante que contribuya a disminuir los riesgos", indicaron.
Sin embargo, el estudio señaló que si bien se ha consolidado el enfriamiento en el Pacífico ecuatorial, se está sosteniendo el calentamiento en el Océano Atlántico a lo largo de la costa del sur de Sudamérica.
"Ese calentamiento que se observa en el sur de Brasil es muy importante para la Argentina porque implica que seguirá habiendo ingreso de aire húmedo desde el norte", señaló Veliz.
"Estas lluvias nos dan una pauta de que los fenómenos de escala regional pueden atenuar o potenciar el efecto de La Niña en nuestra región. Estos episodios de lluvia han cambiado significativamente el contenido de agua del suelo en pleno inicio de la campaña gruesa, especialmente en el este de la Región Pampeana", cerró.
Fuente: Diario Popular