La reestructuración de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es necesaria, imprescindible y también ineludible. El principal motivo es muy sencillo: sin acuerdo, la Argentina debería hacer frente este año a pagos que suman u$s 19.000 millones, una cifra que puede hacer tambalear a más de un país.
¿Pero el problema de la Argentina es la deuda o que se mete en deudas que no puede pagar?
Cuando el FMI hace grandes desembolsos es porque el país que necesita el crédito tiene un panorama financiero complicado, por eso, el Fondo, es un prestamista de última instancia; presta cuando el mercado dejó de prestar.
La Argentina se convirtió con los años en un país cada vez más pobre que proporcionalmente gasta más y que además gana menos. El resultado para mantener más gastos con menos ingresos se traduce en un endeudamiento externo (o con inversores), en una mayor emisión monetaria, en créditos del FMI y en los otorgados por otros organismo financieros multilaterales.
En el medio de ese tironeo, los gobiernos prometen bajar el gasto a la hora de pedir dinero. Sin embargo, en el mismo país en el que todos coinciden en que hay que gastar menos, es casi imposible recortar. Gran parte del gasto se lo llevan los jubilados y pensionados, que no cobran precisamente para vivir tranquilos, la mayoría cobra la mínima y tiene dificultades para llegar a fin de mes. Los planes, tan criticados, no son el problema de fondo. Los subsidios en general, tienen que ser discutidos. Básicamente porque alguien los paga y si los paga el Estado, los paga con endeudamiento o emisión.
Pero tal vez el problema no es el gasto sino lo poco que gana la Argentina. El superávit comercial no le alcanza al país para vivir como pretende. Es difícil expresar tal 'crueldad' cuando hablamos de la misma Argentina que tiene 50% de pobres. Sin embargo, las matemáticas son una ciencia exacta dónde la suma de uno más uno siempre tiene dos como resultado.
Ayer, mientras se empezaba a discutir en el Congreso si la Argentina tiene que cerrar el acuerdo con el FMI o no, los bonos y las acciones finalizaron en terreno positivo a la espera del apoyo legislativo al acuerdo del Gobierno con el organismo internacional.
No sorprendió el buen día que tuvieron los bonos y las acciones. Los empresarios y el mercado en general, quieren que el acuerdo con el FMI se cierre lo antes posible.
Luego de varios días de intensas negociaciones, el Gobierno aceptó el pedido de la oposición de votar solo el pedido de financiamiento y no el programa económico que éste implica, habilitando al Poder Ejecutivo a hacer uso de sus facultades para cumplir con el acuerdo con el FMI.