Según el sondeo, el 65% de los productores no planea realizar nuevas inversiones, pese a la baja de la inflación y la estabilidad cambiaria. Este desinterés responde a la incertidumbre macroeconómica, la falta de financiamiento y la ausencia de alternativas de inversión rentables.
Principales Obstáculos para Invertir
Entre las razones citadas para frenar las inversiones en 2025, el informe destaca la incertidumbre económica (20%), el alto costo del financiamiento (16%) y la falta de confianza en el futuro del sector (12%). Además, el 55% de los productores teme problemas climáticos significativos para la campaña 2024/25, lo que también influye en su cautela a la hora de comprometer capital en nuevas inversiones.
Expectativas a la Baja
En septiembre, el Ag Barometer Austral registró una caída del 5% en el Índice de Expectativas Futuras, la primera desde noviembre de 2022. Este descenso se atribuye en parte a la baja en los precios futuros de la soja y al aumento de la relación Stock/Consumo global de esta oleaginosa. Carlos Steiger, director del sondeo, indicó que los productores esperan márgenes ajustados en la campaña 2024/25, especialmente para la soja, que enfrentará una fuerte competencia en términos de rentabilidad con el maíz.
Cambios en el Modelo de Producción
Otro factor que afecta a los productores es el modelo de producción: el 51% de los agricultores opera en campos arrendados, con pagos en quintales que representan el 40% o más de los costos totales para el 76% de los encuestados. Esta estructura de costos limita aún más la capacidad de inversión en activos de largo plazo.
A pesar de las últimas lluvias de octubre que han mejorado las condiciones para la siembra de maíz y los rendimientos de trigo, el panorama para el próximo año sigue siendo incierto, lo que sugiere un posible estancamiento en el flujo de inversiones agrícolas en Argentina.