Las discusiones se estancaron, principalmente en torno al número de empleados del organismo, lo que derivó en la suspensión de la asamblea.
El encuentro, que contó con representantes de las entidades rurales, instituciones académicas y el Gobierno, logró consensuar algunos puntos, como la venta de tierras, pero el Ejecutivo rechazó el acuerdo alcanzado por el Consejo Directivo. Esto llevó a que la reunión se levantara sin una resolución definitiva.
Entre las propuestas consensuadas que luego fueron descartadas por el Ejecutivo, figuraban no vender inmuebles sin aprobación del consejo y un periodo de 120 días para evaluar el personal del INTA. Además, el Gobierno intentó incluir la intervención de direcciones del organismo, algo que fue rechazado por las entidades rurales.
El principal punto de conflicto giró en torno a la intención del Gobierno de analizar y reducir el número de empleados en el INTA. "Nos pusimos de acuerdo en que no iban a intervenir las direcciones nacionales asistentes", aseguró una fuente cercana a la negociación. Sin embargo, la falta de consenso generó que las entidades rurales y otros integrantes del consejo decidieran suspender la reunión.
Por ahora, no se concretará la venta de tierras ni habrá despidos, una medida celebrada por el gremio APINTA, que sigue con medidas de presión para evitar que avance el plan de modernización.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, cuestionó en una conferencia de prensa el estado actual del INTA: "Es un organismo fundamental para el desarrollo del campo argentino, cuyos objetivos fueron desvirtuados por la gestión anterior con temas como las cuestiones de género, los falsos mapuches y la agricultura familiar."
Mientras tanto, las negociaciones siguen en pie, pero será necesario convocar a otra reunión del consejo directivo para intentar destrabar el conflicto. Las tensiones persisten y el futuro del INTA sigue siendo incierto.