La 2° Cumbre Sudamericana Agroglobal, celebrada en el Congreso argentino, no solo sirvió para reafirmar la voluntad política de construir una agenda común para el agro regional. También dejó en evidencia una de las principales barreras que enfrenta el sector para desplegar todo su potencial: la deficiencia en infraestructura y logística.
Tanto legisladores como representantes de entidades agroindustriales coincidieron en que los problemas de conectividad y transporte encarecen la producción, limitan las exportaciones y reducen la competitividad frente a otros bloques comerciales.
Desde Brasil, el senador Marcos Rogério, presidente de la Comisión de Infraestructura del Senado Federal, fue categórico: "Producimos con calidad y en cantidad, pero nuestra infraestructura es deficiente. No tenemos corredores logísticos eficientes para facilitar la llegada del producto a los grandes centros consumidores". Y agregó: "Para ser más competitivos, necesitamos rutas, ferrovías, hidrovías, puertos y corredores bioceánicos que integren la región".
El diagnóstico no se limita a Brasil. En Argentina, el diputado Atilio Benedetti alertó que "estamos con un déficit enorme de infraestructura" y que, además, "el Gobierno Nacional, de una manera casi inesperada, se ha desentendido de la inversión en obra pública". A nivel local, la falta de conectividad también es una preocupación constante entre los productores, especialmente en zonas alejadas de los grandes centros urbanos.
Ángeles Naveira, presidenta de la Fundación Barbechando, reforzó esta visión al señalar que "infraestructura y conectividad son dos reclamos que los productores piden a gritos en todo el país". Durante el evento, destacó que la necesidad de mejorar los caminos rurales, las redes ferroviarias y los accesos portuarios fue uno de los tópicos más discutidos en los paneles técnicos.
El diputado brasileño Pedro Lupión también aportó su perspectiva basada en la experiencia de su país. "Brasil logró consolidar su posición como gran exportador mundial gracias a una política agrícola consistente, pero también gracias a la inversión en infraestructura. Hoy el 60% de nuestra producción se exporta, pero seguimos trabajando para mejorar corredores logísticos que aún son insuficientes", explicó.
En paralelo, se remarcó que la falta de previsibilidad en la planificación y ejecución de obras frena las posibilidades de crecimiento. La ausencia de corredores bioceánicos activos, de sistemas intermodales eficientes y de una estrategia regional coordinada, son obstáculos que afectan tanto a la Argentina como al resto de los países sudamericanos.
"El momento es para construir puentes y reducir muros", sintetizó Rogério, en referencia a la necesidad de dejar de lado las diferencias internas y avanzar en proyectos de infraestructura conjuntos que beneficien a toda la región.
La infraestructura, coincidieron los participantes, no es un problema aislado: es el eslabón fundamental para transformar la producción agropecuaria sudamericana en un actor de peso en los mercados internacionales. Sin rutas, ferrocarriles y puertos eficientes, el esfuerzo productivo pierde competitividad en el trayecto hacia el mundo.
La cumbre dejó en claro que el agro sudamericano tiene el potencial de ser protagonista global, pero para lograrlo debe construir no solo consensos políticos, sino también caminos físicos que conecten su riqueza con el mercado internacional.