A medida que entramos en la última semana de mayo de 2024, importantes cambios climáticos están afectando significativamente las áreas agrícolas de América del Sur y del Norte, según el último informe de perspectivas agroclimáticas.
En el sur de Brasil, se esperan tormentas de moderada a alta intensidad debido al paso de un Frente de Pampero, afectando principalmente el extremo oriental de la Región del Chaco, el sudeste de Paraguay y el norte de la Mesopotamia.
Mientras tanto, la región de la Cordillera Sur experimentará tormentas que podrían acumular más de 100 mm de precipitación, con nevadas significativas en áreas elevadas del noroeste de la Patagonia. En contraste, la mayoría del área agrícola del Cono Sur verá precipitaciones mínimas.
En términos de temperaturas, la llegada de una masa de aire polar provocará un descenso térmico notable en la mayoría del área agrícola, aumentando el riesgo de heladas generales en zonas serranas del oeste, así como heladas localizadas en diversas regiones, incluidas las serranías cordobesas y bonaerenses.
Por otra parte, las perspectivas para los Estados Unidos indican una entrada tardía de aire polar en el nordeste del Cinturón Maicero, con temperaturas mínimas que podrían caer por debajo de lo normal, aunque sin riesgo de heladas en la mayoría del área agrícola. Sin embargo, los vientos tropicales que retornan con vigor en el sur del país están aumentando las temperaturas por encima de lo normal, con máximas que podrían superar los 35°C en varias zonas.
Los productores deben estar atentos a las fuertes precipitaciones que podrían afectar a la mayor parte del área agrícola norteamericana, excepto en la mayoría del Cinturón Maicero, donde las precipitaciones serán escasas. Riesgos adicionales incluyen calor excesivo en el Valle del Río Grande y en áreas adyacentes de Texas, así como fuertes precipitaciones que podrían extenderse desde el noreste hacia el suroeste hasta los Apalaches centrales durante los primeros días de junio.
Este panorama climático variado subraya la importancia de monitorizar continuamente las condiciones agroclimáticas para adaptar las prácticas de gestión agrícola en respuesta a estos cambios dinámicos y desafiantes.