Según Coninagro , el último informe del Banco Central proyecta que la inflación mensual promedio para el cierre de 2024 se ubicará en torno al 3%, con expectativas de una ligera desaceleración hacia el 2,5% en los primeros meses de 2025. Para los próximos 12 meses, la inflación estimada se sitúa en un 32%.
En octubre de 2024, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), medido por el INDEC, registró un incremento del 2,7%, rompiendo la barrera del 3% y ubicándose por debajo de las proyecciones de analistas.
En términos interanuales, la inflación alcanzó el 193%, mientras que los alimentos mostraron una suba menor, con un 183,2%. Dentro de los productos de consumo, se destacaron alzas notorias en el limón, la cebolla y el tomate, mientras que el azúcar y la papa evidenciaron incrementos más moderados.
El análisis también subraya el impacto en el poder adquisitivo de los salarios, que desde diciembre de 2017 han perdido un 31% de su capacidad de compra. Tras una caída significativa durante 2023, con un punto crítico en marzo de ese año, los ingresos comenzaron a recuperarse a partir de abril de 2024. La expectativa es que esta recuperación continúe durante el segundo semestre, brindando cierto alivio a los trabajadores.
Entre los productos de interés, el limón y la cebolla lideraron las alzas anuales, mientras que la harina y el azúcar subieron menos que el promedio inflacionario. En tanto, la proyección mensual del Banco Central sugiere que la moderación inflacionaria se mantendrá hasta abril de 2025, con tasas que podrían estabilizarse cerca del 2,5%.
Este escenario, aunque no exento de desafíos, plantea un margen de esperanza para la economía argentina, siempre que las medidas de control y estímulo se mantengan. Expertos coinciden en que el desafío es sostener la tendencia bajista y fortalecer el poder adquisitivo sin alimentar nuevas distorsiones en el mercado