Este nivel de actividad es destacado como el sexto mejor registro de los últimos 45 años para la industria frigorífica.
El año pasado, la industria procesó casi 1 millón más de cabezas en relación a 2022, con un crecimiento interanual de 932,500 cabezas. De este total, 7,5 millones de animales fueron machos, principalmente novillitos, que representaron el 82,7% de esta cifra.
Sin embargo, el dato más significativo proviene de la faena de hembras, que alcanzó los 6,9 millones de cabezas en 2023, con un aumento del 14,1% en comparación con 2022. La sequía, que adelantó la salida de vacunos de los campos ganaderos, y las crecientes exportaciones de carne vacuna a China, impulsaron el incremento de la participación de hembras en la faena total, que finalizó en 48,3%, el cuarto registro más elevado en los últimos 34 años.
Este incremento en la faena de hembras, particularmente en la de vacas, que creció un 23,3%, se alinea con las exportaciones a China, país que ha aumentado su demanda de carne vacuna argentina. Como resultado, la producción de carne en Argentina creció un 4,3%, alcanzando 3,2 millones de toneladas, la segunda mejor performance histórica, solo superada por el récord de 2009.
En cuanto al consumo doméstico de carne vacuna, este también experimentó un crecimiento, llegando a 52,9 kilos por persona, un aumento interanual de 3,6%.
Este aumento en la faena y producción de carne vacuna refleja un dinamismo en la industria frigorífica argentina, impulsado tanto por factores internos, como la sequía, como por la demanda externa, particularmente de China. Sin embargo, este crecimiento en la faena de hembras suscita preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de las existencias bovinas en el país.