La actividad económica subió 1,7% en julio respecto a junio, nuevamente impulsada por el sector agropecuario y minero. Sin embargo, el indicador que mide el Indec cayó 1,3% comprado con el mismo mes del año anterior.
En julio, el estimador mensual de actividad económica (EMAE) se redujo 1,3% en la comparación interanual y un incremento de 1,7% respecto a junio en la medición desestacionalizada. Con relación a igual mes de 2023, cinco sectores de actividad que conforman el EMAE registraron subas en julio, entre los que se destacan Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+23,6% ia) y Explotación de minas y canteras (+5,7% ia).
La actividad Agricultura, ganadería, caza y silvicultura fue, a su vez, la de mayor incidencia positiva en la variación interanual del EMAE, seguida por Explotación de minas y canteras.
Por su parte, diez sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que se destacan Construcción (-14,8% ia) y Pesca (-9,9% ia). Construcción (-14,8% ia), Industria manufacturera (-5,6% ia) y Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-5,3% ia).
La recesión de Milei
El producto interno bruto (PIB) se desplomó 1,7% en el segundo trimestre respecto al primer trimestre del año, según el Indec . En cuanto a la demanda, solamente tuvieron un incremento trimestral, en términos desestacionalizados, las exportaciones, con 3,9%. El consumo privado descendió 4,1%, el consumo público cayó 1,1% y la formación bruta de capital fijo bajó 9,1%.
Entre los componentes de la demanda, el mayor descenso se observó en la formación bruta de capital fijo, con -29,4% interanual (ia) . Por el lado de los sectores de actividad, se destacan los descensos en construcción (-22,2% ia), Industria manufacturera (-17,4% ia) y las actividades de comercio mayorista, minorista y reparaciones (-15,7% ia). A contramano, creció el sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura (81,2% ia) por la comparación con el periodo caracterizado por la sequía.
La evolución macroeconómica del segundo trimestre de 2024 determinó, de acuerdo con las estimaciones preliminares, un descenso de 6,4% en la oferta global, debido a una caída de 1,7% del PIB y a la variación negativa de 22,5% en las importaciones de bienes y servicios reales.
En la demanda global se registró una disminución de 29,4% en la formación bruta de capital fijo, un aumento de 31,4% en las exportaciones de bienes y servicios reales, un descenso de 9,8% en el consumo privado y una variación negativa de 6% en el consumo público. En términos desestacionalizados, con respecto al primer trimestre de 2024, las importaciones descendieron 5,5%, el consumo privado registró una caída de 4,1%, el consumo público tuvo una variación negativa de 1,1%, las exportaciones crecieron 3,9% y la formación bruta de capital fijo tuvo una disminución de 9,1%.