Para los productores argentinos, la situación climática y las plagas presentan tanto desafíos como oportunidades. Dante Romano, del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, destaca las recientes lluvias y el impacto de la chicharrita en el maíz, junto con una notable mejora en la molienda de soja.
Las precipitaciones, si bien han causado anegamientos en áreas clave, son vistas positivamente ante el pronóstico de un año más seco. Este fenómeno ha retrasado la recolección de maíz, elevando los precios del grano. La chicharrita emerge como una preocupación significativa, con aproximadamente 400.000 ha afectadas y una reducción estimada de 2,5 millones de toneladas en la producción de maíz por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
El proceso de recolección de maíz ha sido lento, avanzando apenas medio punto porcentual a nivel nacional, con variaciones significativas entre regiones. La congestión portuaria se intensifica, con una acumulación de buques que esperan para cargar, afectada por las lluvias que interrumpen la trilla.
En cuanto a la soja, hay noticias alentadoras: la molienda durante febrero alcanzó 2,3 millones de toneladas, un 51% más que el mismo período del año anterior. Este incremento se debe en parte a la mayor entrada de soja paraguaya, con más de 1 millón de toneladas embarcadas. Los cultivos de soja muestran una condición buena a excelente en el 31%, la mejor cifra en los últimos cinco años, con rendimientos prometedores en zonas clave.
Los precios del maíz han visto una mejora, con los compradores esforzándose por generar negocios ante las limitaciones de la trilla. En la última semana, se han fijado precios para 600.000 toneladas de maíz, aunque el total de producción con precio fijado permanece por debajo de los niveles habituales para esta época del año.
El mercado de la soja también refleja una tendencia positiva, con un aumento en los precios que impulsó la comercialización a niveles promedio. Se operaron 300.000 toneladas a precio, aunque esto representa solo un 2,3% del total esperado, aún por debajo del promedio histórico para la fecha.
Este panorama mixto en el sector agropecuario argentino resalta la complejidad de enfrentar factores climáticos adversos y plagas, mientras se capitalizan las oportunidades en cultivos como la soja, ante un contexto global desafiante.