Castro, una exprimera dama cuyo marido Manuel Zelaya fue derrocado por un golpe de Estado en 2009, había obtenido el 53,44% de los votos, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), tras las elecciones del domingo.
El candidato del gobernante Partido Nacional, Nasry Asfura, quedó atrás, con el 34,04% de los sufragios, y muy por detrás, Yani Rosenthal, del opositor Partido Liberal, con el 9,19%. Castro tuvo 750.093 votos, Asfura 477.320 y Rosenthal 128.990, según el informe oficial. A pesar de estos anuncios preliminares, el CNE tiene 30 días para publicar los resultados finales.
Castro, de 62 años, sería la primera mujer en la historia de Honduras en convertirse en Jefa de Estado. Dirige Libertad y Refundación (LIBRE) con la Unión Nacional de Oposición de Honduras (UNOH). El Partido Nacional ha gobernado durante los últimos doce años.
Zelaya fue derrocado el 28 de junio de 2009 cuando intentaba promover reformas constitucionales que, según informes, eran contrarias a la ley. Castro se hizo un nombre por sí misma cuando salió a las calles para exigir la restitución de su esposo. Fracasó en eso, pero ganó muchos adeptos en el proceso, formando así el partido LIBRE bajo el cual perdió las elecciones de 2013 ante Juan Orlando Hernández del Partido Nacional, aunque Castro alegó que le habían robado las elecciones mediante "fraude".
Castro iba a postularse nuevamente en 2017, pero finalmente dejó al líder del Partido Anticorrupción (PAC) Salvador Nasralla encabezar la lista de la Alianza de Oposición contra la Dictadura. Hernández fue reelegido, aunque la reelección no fuera posible según la constitución hondureña.
La pareja Zelaya-Castro está, de hecho, vinculada al Gobierno de Venezuela desde que, en 2007, Honduras se unió a Petrocaribe, la alianza petrolera entre países caribeños creada por el entonces presidente Hugo Chávez. Desde 2009, Zelaya es coordinador jefe del consejo político "para la defensa de la independencia y la democracia" de Petrocaribe. El presidente venezolano Nicolás Maduro ya felicitó a Castro por su victoria la madrugada del lunes, se informó.
No hay una segunda vuelta presidencial según la ley hondureña. Por lo tanto, quien obtenga la mayoría de los votos se convierte en presidente. Asumiría el cargo el próximo 27 de enero de 2022.
Las encuestas a boca de urna también confirmaban la victoria de Castro con entre el 48 y el 51% de los votos.
Las elecciones, en las que participaron 14 partidos y 12 candidatos presidenciales, fueron monitoreadas por más de 400 enviados especiales de la Unión Europea, la OEA, la Unión Interamericana de Organizaciones Electorales (Uniore), ex presidentes latinoamericanos y misiones de varios diferentes países.
Durante la jornada electoral se denunciaron algunas irregularidades, como el colapso de la página web del CNE, el cierre temporal de al menos un centro de votación, votos presuntamente marcados y un retraso en la apertura de los comicios. Pero a pesar de todos estos eventos, las elecciones fueron relativamente tranquilas en un país sumido en la violencia política, la migración constante y la pobreza creciente.
El año pasado se registraron al menos 30 asesinatos por motivos políticos, seguidos de acusaciones de corrupción y narcotráfico que salpicaron incluso al actual presidente Hernández.
Además de Honduras, la izquierda ha ganado las últimas elecciones en Nicaragua (Daniel Ortega) y Venezuela (autoridades regionales). También es favorito Gabriel Boric para ganar la segunda vuelta presidencial de Chile el próximo mes y Lula tiene clara ventaja sobre Jair Bolsonaro en Brasil para el próximo año.