Mientras la Mesa de Enlace busca volumen político para hacer un paro post PASO, el Gobierno acusó a las patronales del campo de buscar exportaciones que aumenten la rentabilidad a cambio de una inflación interna, y defendió la continuidad del cupo de ventas. Cristina Fernández de Kirchner ironizó con el "geriátrico del campo", pero los productores aseguran que existe una baja reposición del stock bovino en el país que, ante una suba de la demanda interna, volverá a presionar sobre los precios.
El conflicto por las restricciones a las ventas externas de carne vacuna fue unos de los temas en el cierre de campaña del oficialismo, que se llevó a cabo ayer en el predio de Tecnópolis. Por el lado del Gobierno, que extendió esta medida hasta el 31 de octubre, ratificó su postura sobre la demanda sostenida de China y la presión alcista que representa para los precios en el mercado interno.
Con la mirada en las elecciones de noviembre, las autoridades nacionales refuerzan la presencia del Plan Ganadero, que el ministro de Agricultura, Luis Basterra, ya presentó en las provincias de San Juan y Santiago del Estero. También se intensificaron los operativos de control sobre los frigoríficos exportadores, para evitar maniobras de subfacturación. A principios de septiembre, la Aduana detectó a cuatro establecimientos, que falsearon su declaración para exportar asado, que está incluido en el listado de cortes con restricciones para el comercio exterior.
En la otra vereda, las entidades gremiales del campo y la industria frigorífica sostienen que el grueso de las exportaciones son vacas, una categoría que la población no consume. Horas antes del acto del Frente de Todos , la Mesa de Enlace mantuvo un encuentro en Rosario para analizar qué medidas de fuerza tomarán en relación al cepo a la carne, pero por el momento la única certeza es que el anuncio será luego de las PASO del próximo domingo.
A partir de la Resolución 408/21, desde junio se limitaron los despachos de vaca con destino a China y del novillo No Hilton, mientras las cuotas siguen su ritmo normal. Ante los argumentos del gremialismo rural, la vicepresidenta puso números a la decisión de la Casa Rosada y señaló que el gigante asiático se lleva el 75% del saldo exportable, que representa un 22,5% de la producción nacional vacuna. "Por eso aumentaba todas las semanas, los argentinos no podemos pagar en dólares", advirtió.
En el Mercado de Liniers, formador de precios ganaderos a nivel nacional, la suba constante de la vaca también impactó en el resto de las categorías. En los días previos al anuncio del presidente Alberto Fernández, el precio de la vaca buena llegó a cotizar en 210 pesos, mientras que esta semana cerró sobre los 170 pesos. En el mismo período, las categorías de consumo, como novillitos y vaquillonas, pasaron de topes de 230 a 205 pesos. Por el momento, y de acuerdo a estadísticas del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la carne en los mostradores tuvo una baja de 2,4% entre julio y agosto.
Analistas ganaderos consultados por este medio estimaron que más allá de esta baja en los precios de la hacienda y los cortes vacunos, la caída en el stock bovino -´producto de la sequía- y un aumento de la demanda en el último trimestre del año serán un factor alcista en las carnicerías.
Los dos números que la industria sigue bien de cerca son los ingresos a Liniers y el encierre en los feedlots. En el primer caso, entre junio y agosto los productores enviaron al recinto porteño unas 45.000 cabezas menos en comparación a los mismos meses de 2020. En los corrales de encierre y de acuerdo a estadísticas privadas, en los primeros siete meses del año, los ingresos cayeron en medio millón de animales.
Por Andrés Lobato
Fuente: Diario BAE