Esta medida, que se extenderá hasta el mes de junio, beneficiará especialmente a la soja y al maíz, mejorando el precio para los exportadores en unos u$s28 por tonelada de soja y u$s6 por tonelada de maíz. Sin embargo, la reducción de las retenciones podría generar un costo fiscal de aproximadamente u$s800 millones, lo que pone de relieve las tensiones en las arcas del Estado.
La consultora CEPEC estima que la medida tendrá un beneficio significativo para los exportadores: un aumento de u$s28 por tonelada de soja y u$s9 por tonelada de maíz, en función de los precios FOB actuales. Sin embargo, el costo fiscal para el Estado será considerable, representando una caída de recursos de alrededor de u$s800 millones anuales. Esto se suma a la pérdida de recaudación por el Impuesto PAIS, que ya representa el 1,44% del Producto Bruto Interno (PBI) del país este año.
"Este alivio para el sector agropecuario podría implicar un mayor desafío fiscal en un contexto de alta inflación y presión sobre el presupuesto del Estado", explicó CEPEC en su informe. Además, la consultora advierte que la baja de las retenciones podría generar una mayor presión sobre los precios locales de los alimentos, lo que podría aumentar el índice general de precios.
La reducción de las retenciones era una de las principales demandas del sector agropecuario, que considera que estos impuestos afectan directamente la competitividad internacional de los productos argentinos. Sin embargo, como señala CEPEC, las retenciones también cumplen un papel importante al desacoplar los precios internacionales de los locales, especialmente en tiempos de alta inflación, por lo que la medida podría tener implicancias a nivel fiscal y de control de precios.
Requisitos para Obtener el Beneficio
Según el decreto que será publicado en los próximos días, los productores deberán liquidar las exportaciones dentro de los 15 días posteriores a la presentación de la Declaración Jurada de Venta al Exterior (DJVE), sin obligación de embarque, que sigue manteniéndose por 360 días desde la presentación de la Declaración. De no optar por la liquidación anticipada, los productores podrán optar por no utilizar el beneficio y liquidar dentro del plazo normal.
Las alícuotas de los principales cultivos sufrirán una baja significativa: la soja (poroto) pasará del 33% al 26%, la soja (aceite y harina) del 31% al 24,5%, el trigo, cebada, sorgo y maíz del 12% al 9,5%, y el girasol del 7% al 5,5%. La medida refleja la decisión del Gobierno de reducir la carga del Estado sobre los sectores productivos, en línea con su política de superávit fiscal.
La reducción temporal de las retenciones es una medida que busca aliviar al sector agropecuario en un contexto de bajos precios internacionales y condiciones climáticas adversas. Sin embargo, el costo fiscal asociado a la medida pone en evidencia el difícil equilibrio entre apoyar a los productores y mantener las finanzas públicas en un escenario económico complejo. Los efectos de esta medida, tanto en el sector agropecuario como en las arcas del Estado, se irán viendo en los próximos meses.