La automotriz General Motors anunció la suspensión de su producción en la planta de Alvear, Santa Fe, hasta el próximo 14 de abril. La decisión responde a una fuerte caída en las exportaciones hacia Brasil, su principal mercado externo, pese al crecimiento del mercado interno argentino.
Durante el primer trimestre de 2025, las ventas de 0km en Argentina crecieron más de un 70% interanual, consolidando el mejor inicio de año desde 2018. Sin embargo, ese dato alentador contrasta con una realidad crítica para las exportaciones del sector automotor. Según datos de ADEFA, las ventas de vehículos nacionales al exterior cayeron 13,5% en lo que va del año, con Brasil registrando una baja del 32%.
La planta de GM produce exclusivamente el modelo Chevrolet Tracker. La baja demanda brasileña y las dificultades para sostener el volumen de exportaciones forzaron esta nueva paralización, en una terminal que ya venía de un 2024 con múltiples frenos productivos y programas de retiros voluntarios. En enero, la empresa había lanzado un nuevo plan para reducir su plantilla en unos 300 operarios.
El contexto regional es complejo: el mercado brasileño ajustó sus proyecciones de crecimiento de 2,8 a 2,7 millones de unidades, impactado por la suba de tasas de interés dispuesta por el gobierno de Lula Da Silva. Esta situación encareció el financiamiento y redujo la competitividad de los vehículos argentinos frente a los fabricados localmente o importados de terceros mercados.
A esto se suma la devaluación del real, que encareció aún más las unidades exportadas desde Argentina. ANFAVEA, la asociación brasileña de fabricantes, ya recortó sus previsiones de ventas para 2025, encendiendo las alarmas en las terminales argentinas.
La planta de GM ya había sufrido paradas de producción desde diciembre de 2023 hasta marzo de 2024, y nuevamente a fines de marzo por inconvenientes con el pago a proveedores internacionales. La actual interrupción se produce en un contexto donde el modelo Tracker estaba en proceso de restyling, con relanzamiento previsto para los próximos meses.
Si bien se espera que la producción se retome tras el 14 de abril, la situación deja en evidencia la dependencia del sector automotor argentino respecto del mercado brasileño y la necesidad de diversificar los destinos de exportación.
Desde General Motors no descartan nuevas medidas si la demanda externa no se recupera. En el mientras tanto, la industria automotriz argentina enfrenta el desafío de sostener la producción en un contexto regional inestable y con perspectivas inciertas.