A días de finalizar la campaña 2024/25, el girasol se consolida como la gran estrella del agro argentino. Según el último Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la producción alcanzará las 4,7 millones de toneladas, marcando el mejor registro en 25 años y superando en un 30% los resultados del ciclo anterior.
La entidad porteña volvió a incrementar en 200.000 toneladas su proyección de cosecha, respaldada en rindes promedio de 23,5 quintales por hectárea a nivel nacional. Zonas como el norte de La Pampa, el oeste bonaerense y la región Núcleo norte brillaron con desempeños sobresalientes, superando incluso los rendimientos históricos de las últimas décadas.
Con un área sembrada de 2,05 millones de hectáreas, el girasol vuelve a pisar fuerte tras años de menor protagonismo, cuando la soja dominaba los lotes argentinos. Hoy, los resultados en provincias clave como Córdoba, San Luis y Buenos Aires impulsan una cosecha que no se veía desde los picos productivos de los años '90.
La Secretaría de Agricultura también confirmó esta tendencia positiva: proyecta una producción de 4,9 millones de toneladas, un 25% más que el ciclo anterior, reafirmando el excelente desempeño de esta oleaginosa.
El resurgir del girasol se explica no solo por los buenos precios y rindes, sino también por su resiliencia frente a condiciones climáticas adversas y su rol estratégico como cultivo de rotación. En un contexto donde la sustentabilidad y la diversificación agrícola son cada vez más valoradas, el girasol vuelve a ser una carta fuerte para los productores.
A medida que la cosecha avanza y se consolidan los números, el campo argentino celebra este hito histórico, que no solo mejora las perspectivas económicas, sino que también revitaliza la confianza en la capacidad de producción nacional.