La actividad ganadera concluye el 2024 con señales de alivio, aunque los márgenes de rentabilidad continúan por debajo de los registrados el año pasado. Según un reciente informe del Rosgan, el sector comenzó a beneficiarse de un entorno económico más favorable, caracterizado por una baja gradual en la inflación y la disminución del costo financiero. Sin embargo, los desafíos de eficiencia y ajuste tranqueras adentro se mantienen como una necesidad clave para los productores.
En el último año, los precios de la carne al mostrador crecieron un 126%, frente a una inflación interanual del 166% según datos del INDEC a noviembre. Esta diferencia refleja la resistencia del consumidor local, que ha reducido su consumo de carne vacuna a un promedio de 47 kg per cápita, 7 kilos menos que en 2023. La debilidad del mercado interno, que absorbe el 70% de la producción de carne, ha limitado los incrementos en los precios de la hacienda en pie, retrasando su ajuste frente a la inflación.
El precio del novillito gordo creció un 117% en el último año. Aunque en los últimos meses mostró cierta recuperación, con aumentos nominales del 9% en noviembre y un 10% adicional en diciembre, sigue rezagado en términos reales debido al impacto acumulado de la inflación. Esta reciente mejora, aunque insuficiente para revertir pérdidas, ha permitido compensar parcialmente los resultados negativos en sistemas como la invernada de base pastoril y moderar los perjuicios en el feedlot, aunque llega en plena etapa de vaciado de corrales.
El precio del ternero, que había permanecido rezagado durante gran parte del año, mostró una recuperación más notable hacia el cierre del 2024. En diciembre, alcanzó un valor promedio de $3.066,83 a moneda constante, superando en un 4% los promedios históricos de la última década. No obstante, la relación compraventa desmejoró, con el ternero aumentando un 20% en los últimos tres meses frente a un 17% del novillito gordo, algo esperable para esta época del año.
De acuerdo con el informe trimestral de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGPyA), los márgenes brutos de las distintas actividades ganaderas, desde la cría hasta el engorde en feedlot, se mantuvieron por debajo de los niveles registrados un año atrás. Este retroceso refleja las dificultades estructurales de un sector que, pese a las mejoras recientes, sigue enfrentando costos e insumos desalineados con los precios finales que puede absorber el mercado.
Aunque el contexto general presenta claros desafíos, el cierre del año deja entrever un panorama más esperanzador para la ganadería en 2025, siempre y cuando los ajustes macroeconómicos se mantengan y el sector logre continuar adaptándose a la nueva realidad económica.
Fuente : Rosgan