Tras meses de negociaciones y obstáculos regulatorios, Canadá aprobó la fusión entre Bunge y Viterra, una operación que promete transformar el panorama de la agroindustria global. La aprobación, sin embargo, llega con una serie de condiciones diseñadas para salvaguardar la competencia en el mercado de granos y semillas oleaginosas en el país.
Una fusión histórica en el sector agroindustrial
La unión entre Bunge y Viterra, anunciada en 2023, dará lugar a una empresa valorada en 34 mil millones de dólares, posicionándola como uno de los gigantes del sector a nivel mundial. Bunge, ya conocido como el mayor procesador de canola en aceite y harina vegetal en Canadá, se fortalece aún más con esta integración.
El gobierno canadiense destacó que la operación no debe perjudicar la competencia ni la capacidad de los agricultores para obtener precios justos. Por ello, se establecieron varias condiciones que Bunge deberá cumplir para completar la fusión.
Condiciones clave para la aprobación
Entre las disposiciones impuestas por Canadá se incluyen:
Desinversión de seis elevadores de granos en el oeste canadiense para mantener opciones competitivas para los agricultores de la región.Controles estrictos y legalmente vinculantes sobre la participación minoritaria de Bunge en G3, otra importante empresa de granos, evitando así cualquier influencia en los precios o decisiones estratégicas de G3.Implementación de un programa de protección de precios para ciertos compradores de aceite de canola en las regiones del centro y Atlántico de Canadá.Mantenimiento de la sede central de Viterra en Regina por al menos cinco años, protegiendo empleos locales.Compromiso de Bunge de invertir al menos 520 millones de dólares en Canadá en los próximos cinco años, impulsando el crecimiento económico, la productividad y la creación de empleo.Más de 20 condiciones adicionales para garantizar beneficios públicos derivados de la adquisición.Proyección global de la fusión
Según destacó Reuters, la empresa combinada estará mejor posicionada que sus rivales para capitalizar el crecimiento esperado en la demanda de aceite de soja y canola, impulsado por el auge de los biocombustibles. "Con la aprobación canadiense, estamos cerca de completar el proceso regulatorio y esperamos cerrarlo a principios de 2025", afirmó Bunge en un comunicado.
El compromiso canadiense
Anita Anand, ministra de Transporte y Comercio Interior de Canadá, subrayó la importancia de la decisión: "Esta medida resalta nuestro compromiso de mantener una supervisión sólida que proteja la competencia y el interés público, mientras promovemos el crecimiento económico en sectores clave como el agrícola y el transporte".
Impacto en el mercado global
La fusión no solo transformará el mercado canadiense, sino que también redefinirá la dinámica global en la producción y comercialización de granos y aceites vegetales. La supervisión regulatoria y el cumplimiento de las condiciones impuestas serán esenciales para garantizar que los beneficios de esta unión se extiendan a toda la cadena agroindustrial.