En la previa de las elecciones primarias, el Gobierno argentino ha implementado medidas en el mercado cambiario, lo que ha generado especulaciones sobre su impacto en la economía. Entre las decisiones tomadas, se incluye el deslizamiento del tipo de cambio, una acción que el FMI parece respaldar como parte de una negociación en curso.
Hasta ahora, se han publicado las medidas en el boletín oficial sin anuncios de relevancia, pero el análisis global sugiere que el Gobierno ha permitido la fluctuación del tipo de cambio como resultado de las negociaciones con el FMI. El objetivo sería obtener un próximo acuerdo y la aprobación de la quinta revisión del acuerdo, lo que permitiría desembolsos de alrededor de USD 10.000 millones hasta fin de año.
El contexto económico plantea interrogantes sobre una posible re-calibración de la meta fiscal, asistencia del Tesoro y acumulación de reservas con el FMI. Además, surgen preguntas sobre la cancelación de pagos pendientes y el manejo de los plazos para obtener desembolsos del organismo.
En un escenario fiscal, se espera que el Gobierno mejore su desempeño para cumplir con los requerimientos del FMI y asegurar los desembolsos. En este sentido, se han introducido nuevas cotizaciones de dólar para bienes agropecuarios e importaciones de bienes y servicios, lo que también podría tener impacto en la actividad económica y la inflación.
Otra incertidumbre radica en la intervención del mercado del dólar MEP, donde el Gobierno busca mantener el control y limitar la brecha cambiaria. Según declaraciones del ministro Massa, esta posibilidad ha sido negociada y podría implicar el uso de desembolsos del FMI para intervenciones futuras en el mercado cambiario. Estas medidas, si bien pueden ofrecer herramientas para enfrentar la especulación, también plantean desafíos en la política económica y fiscal del país.