La urea y el glifosato, productos esenciales para los agricultores, se vuelven inaccesibles debido a la falta de disponibilidad en el mercado y condiciones de pago controvertidas.
Los productores enfrentan obstáculos significativos, ya que los vendedores no cuentan con stock y se resisten a aceptar pagos al contado. Enrique Bayá Casal, titular de una empresa del sector, destaca la gravedad de la situación, señalando la imposibilidad de obtener urea, un fertilizante cuyo precio ha pasado de cotizarse a US$860 por tonelada a ser simplemente inexistente en el mercado.
La urea y el fosfato monoamónico, aunque disponibles, se vuelven inalcanzables al no poder pagarse al contado. La mayoría de los vendedores exige pagos en dólares en enero o granos de la cosecha gruesa 2023/2024, generando una incertidumbre financiera adicional para los agricultores.
La situación se replica en los agroquímicos más demandados, como el glifosato, atrazina, 2,4 D y paraquat. Las condiciones de pago han cambiado, y las compras que antes podían pagarse al contado ahora están sujetas a cancelaciones en el próximo año. La falta de aprobación de SIRA y la alta demanda están afectando la disponibilidad y cotización de estos productos cruciales para la agricultura.
Además de las consecuencias en el ámbito local, la incapacidad de realizar pagos a terminales extranjeras está afectando las relaciones comerciales internacionales de Argentina y generando tensiones innecesarias entre agrónomos y clientes.
La crisis en los mercados de fertilizantes y agroquímicos plantea interrogantes sobre la capacidad del gobierno para gestionar el sector agrícola y destaca la necesidad urgente de medidas que aborden estos problemas que afectan directamente a los productores y, en última instancia, a la seguridad alimentaria del país.