Según los datos reportados por SENASA, al 1ro de julio de 2024 los corrales albergaban un total de 2,046 millones de cabezas en stock cifra que, en números absolutos, supera la marca del año pasado, cuando en un contexto de fuerte seca llegaron a alojar hasta 2,03 millones de animales.
Sucede que, a pesar de las diferencias impuestas por el clima, el valor de la invernada prácticamente no ha logrado despegarse de los pisos registrados durante la zafra pasada. En consecuencia, la relación de precios entre el gordo y este ternero de reposición resulta históricamente baja. Esto ha generado una muy buena oportunidad de compra para los engordadores durante estos meses de zafra favorecidos, a su vez, por un precio del maíz hasta el momento barato y una reducción no menor en el costo financiero del negocio, por baja de tasas.
En adelante, a medida que la oferta de terneros comience a reducirse, algo que estacionalmente debiera comenzar a ocurrir a partir de este mes, el costo de esta reposición debería recuperar firmeza, máxime ante un valor del gordo que seguirá muy condicionado a la evolución de un mercado interno todavía debilitado.
Si observamos la relación de ingresos y egresos de animales de los feedlots, vemos que luego del fuerte llenado registrado durante el mes de mayo, junio resultó mucho mas neutral. La cantidad de animales que ingresaron a los corrales durante el último mes pasó de 542 mil a 374 mil animales, mientras que los egresos pasaron de 395 mil a 373 mil, determinando así un índice de reposición equivalente a 1, es decir que se repuso prácticamente la misma cantidad de animales terminados en ese mismo mes. A partir de ahora, los feedlots deberían entrar en un período de lento vaciamiento de su stock.
Su comportamiento estacional indica que a partir del segundo semestre del año la oferta de hacienda terminada debería comenzar a llegar con mayor contundencia al mercado. Durante este período los feedlots suelen aportar entre el 30% y el 35% de la oferta total de animales que llegan a faena.
En lo que va del año, la cantidad de animales enviados a faena se contrajo en un 10% respecto de 2023, un año en el cual el ritmo de faena se mantuvo prácticamente constante durante todo el año dada la fuerte presión de oferta registrada durante los primeros meses.
Este año, a pesar de las diferencias que surgen desde el aspecto climático, tampoco vemos una estacionalidad muy marcada en el ritmo de faena entre el primer y segundo semestre del año. Por lo tanto, si el año pasado llegamos a faenar mas de 14,5 millones de animales en todo el ciclo, la proyección para este año, debería situarse en torno a los 13,1 y 13,3 millones, dependiendo de cuan oportuna resulte la llegada de la primera.