En estos días se debate acerca de
la autorización de la importación de vacunas bivalentes contra la fiebre
aftosa. Desde Federación Agraria Argentina destacamos la labor de los entes
sanitarios del Plan Nacional de Erradicación de dicha enfermedad, que es la herramienta
responsable de la aplicación en el territorio de ese plan.
Sin embargo, vemos con extrema preocupación que en el mismo hay algunos factores que aún nos preocupan, por lo que pedimos que los responsables técnicos del plan informen con precisión al sector y a la sociedad: ¿cuál es el nivel de cobertura que tenemos en nuestro rodeo?; ¿existe un manual de contingencia redactado internalizado y practicado, entre los actores del plan? Y ¿cuáles son las metas y pasos a seguir en el mismo?
Esto porque los países actores del mercado de ganados y carnes a nivel mundial siempre han buscado metas objetivos y un horizonte en la producción; mientras tanto, nuestra ganadería se mantiene estancada en un rodeo que no ha crecido desde los años ?80, con enfermedades que persisten sin que se haya progresado en su tratamiento de manera seria; también continuamos con índices productivos constantes, que demuestran un estancamiento productivo del cual debemos salir.
Por todo eso, consideramos que, si la introducción de una vacuna del tipo bivalente ayudó a los países vecinos a poder declararse países libres de esa enfermedad, sin vacunación de manera parcial o total; de cumplir con los requisitos técnicos que garanticen la inmunidad de nuestro rodeo, no debería ser una situación preocupante. Tampoco debería generar la proliferación de cartas de opinión apocalípticas sobre el futuro de la producción.
Desde FAA consideramos que es importante poder dar pasos para mejorar las condiciones productivas de nuestro país, y creemos que este paso que se ha dado podría verse como una política sanitaria que avanza, analiza y busca reordenar los costos, para poder seguir implementando planes que mejoren el acceso a mercados por parte de nuestra producción. Por eso, instamos a que todos los actores responsables de nuestra ganadería, podamos dialogar y avanzar en acuerdos que digan qué, cómo y cuándo haremos una ganadería acorde a lo que nuestro país precisa.