Al igual que muchos sectores productivos de la Argentina, los fabricantes de maquinaria agrícola -congrega unas 1200 empresas argentinas- ven afectada su producción y hasta frenada temporalmente, a causa de la dificultad para conseguir los dólares necesarios para pagar a proveedores del exterior.
Como consecuencia, los fabricantes de maquinaria agrícola alertaron que, de persistir esta dificultad, el empleo estaría en peligro. De esta manera, el sector espera terminar el año con ventas por debajo del promedio de los últimos 10 años.
"Los proveedores ya no cotizan ni entregan insumos. La producción está parada y teníamos compromisos acordados. Tenemos unidades sin terminar porque no hay materiales" , precisó Gastón Ricardo, titular de Indecar , una firma de Carmen de Areco que se dedica a la venta de maquinaria agrícola.
Ricardo reveló, a su vez, que la situación se repite con los productores de insumos locales. A causa de la cercanía con las elecciones, y por temor al precio de reposición después del 22 de octubre, muchos proveedores no entregan materiales: "Ofrecemos pagar al contado, pero nos piden esperar hasta la semana que viene".
A pesar de que la venta de maquinaria especializada comenzó 2023 con el pie derecho, y hasta tuvo su mejor primer trimestre de los últimos cinco años, a causa de la sequía y la consecuente reducción de las cosechas, sumado a la falta de financiamiento para la inversión en estos activos, la tendencia decreció.
De hecho, según datos de la división de Maquinaria Agrícola de Acara , en septiembre se patentaron 559 unidades. Esto es, un 21,2% menos que el mismo período del año pasado, mientras que, el acumulado del año arroja una caída del 12,5 por ciento.
"Sigue la tendencia a la baja y no creemos que en los meses que quedan, con las lluvias que no llegan, la economía debilitada y el contexto preelectoral permitan un repunte en un año que probablemente cerremos con números bastante por debajo del promedio de los últimos 10 años", sostuvo Acara en un comunicado.
La falta de financiación, un conflicto sin fin
Luego de la sequía, el sector -tanto productores como fabricantes de maquinaria- quedó muy debilitado. Por esa razón, mediante el diputado por Santa Fe, Roberto Mirabella , solicitaron al Congreso Nacional, la revisión de los préstamos otorgados para la adquisición de maquinaria agrícola.
Esta solicitud surgió como consecuencia de l a prórroga de la disposición A7720 del Banco Central (BCRA), -estará vigente hasta fin de año- que impide que aquellos productores agropecuarios que tengan un stock de granos superior al 5%, accedan a créditos con tasas de entre el 38% al 60%. En cambio, "sólo les ofrecen créditos con tasas del 90% y ningún productor está dispuesto a aceptarlas, por lo que se caen las operaciones de compra de maquinaria", sostienen desde la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA) .
Se trata de un fuerte freno en el sector, porque la actividad viene de un 2022 récord, en el que se superaron las ventas de 2017, un año consagrado como el pico más alto en materia de ventas, que estuvo impulsado por el precio estable de los granos y la inversión en bienes durables como refugio de la inflación y la dificultad para comprar dólares.
La falta de dólares, un problema que azota a todos por igual
La dificultad para conseguir los dólares y, de esa manera, poder pagar a proveedores radicados en el exterior, es un problema que afecta a todos los sectores productivos del país. De hecho, hace más de una semana que la planta de General Motors, ubicada en Alvear, Santa Fe, está frenada por falta de insumos.
"La planta de GM en Rosario interrumpió temporalmente su producción esta semana por un problema en la cadena de suministro de varios proveedores" , explicaron desde la empresa el martes 10, día en el que la fábrica detuvo su actividad. A partir de ese entonces, no se reanudó y no hay una fecha estimada para su reactivación.
Según publicó Ámbito Financiero, la falta de pago de la filial local de la automotriz estadounidense se dio a causa de la restricción al acceso a dólares que dispuso el Banco Central. Como consecuencia, al no recibir los pagos correspondientes, los autopartistas radicados en el exterior cortaron los suministros.