Anfavea pide medidas similares a las de Europa y Estados Unidos para proteger la industria local, mientras se investiga a la automotriz BYD por explotación laboral.
La industria automotriz brasileña enfrenta un desafío creciente ante el aumento de las importaciones de vehículos chinos, especialmente eléctricos. Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automóviles (Anfavea), las matriculaciones de autos importados sumaron 466.500 unidades en 2024, un incremento del 33% respecto al año anterior, el mayor en una década. De ese total, cerca de 200.000 son vehículos electrificados procedentes de China.
El presidente de Anfavea, Márcio de Lima Leite, advirtió que la situación está afectando la competitividad de los fabricantes locales. Aunque el impuesto de importación para vehículos de combustión es del 35%, el más alto permitido por la Organización Mundial del Comercio (OMC), los vehículos eléctricos chinos tienen impuestos significativamente más bajos, lo que facilita su entrada al mercado brasileño.
"Pedimos la inmediata restauración del impuesto íntegro para equilibrar el mercado. El exceso de producción en China está inundando Brasil, afectando a nuestras industrias locales", declaró Leite a Bloomberg Línea.
En 2024, el gobierno aumentó el impuesto para los eléctricos al 18%, y este seguirá subiendo al 25% en julio de 2025 y al 35% en 2026. Medidas similares se aplicarán a los híbridos plug-in y ligeros.
BYD, uno de los mayores fabricantes de vehículos eléctricos del mundo, se ha convertido en el epicentro del debate. La compañía china, que planea inaugurar en marzo de 2025 su primera planta de vehículos eléctricos fuera de Asia, en Camaçari (Bahía), enfrenta investigaciones por explotación laboral.
Inspectores laborales descubrieron a 163 trabajadores chinos en condiciones similares a la esclavitud, contratados por la subcontratista Jinjiang Open Engineering. Estos trabajadores fueron considerados víctimas de tráfico de personas con fines de explotación laboral.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ya ha sido informado y aseguró que investigará la situación. "China siempre ha defendido los derechos de los trabajadores y exige que las empresas cumplan con la ley", indicó la portavoz del gobierno chino.
El ingreso masivo de autos chinos ha encendido las alarmas en Brasil, un país que busca fortalecer su industria automotriz local. Anfavea aboga por medidas proteccionistas similares a las adoptadas por la Unión Europea y las que planea implementar Donald Trump en Estados Unidos.
La planta de BYD en Bahía, que representa una inversión de 484,2 millones de dólares, sería clave para la producción de vehículos eléctricos y la generación de empleos en Brasil. Sin embargo, el reciente escándalo laboral amenaza con retrasar sus operaciones y afectar la reputación de la compañía en el mercado latinoamericano.