La Unión Europea dio un giro inesperado en la disputa comercial con Estados Unidos: mientras confirmó que aplicará aranceles por U$S28.000 millones a productos estadounidenses si fracasan las negociaciones, ofreció al mismo tiempo un acuerdo de "cero por cero" en tarifas industriales, en un intento por evitar una guerra comercial abierta.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, explicó que la oferta busca eliminar recíprocamente todos los aranceles sobre bienes industriales entre ambas potencias. Sin embargo, también advirtió que, de no haber una respuesta adecuada desde Washington, el bloque europeo aplicará un arancel del 20% a las importaciones estadounidenses, además de otras contramedidas ya diseñadas.
"Europa siempre está lista para un buen trato. Pero también estamos preparados para responder", afirmó Von der Leyen. Agregó que ya se ha creado un Grupo de Trabajo de Vigilancia de Importaciones para monitorear posibles desvíos de comercio y defender a las industrias europeas de impactos indirectos.
Entre los productos que quedarían alcanzados por las tasas están la carne vacuna, la soja, los electrodomésticos, los automóviles y hasta bebidas alcohólicas. El objetivo es presionar directamente sobre sectores productivos ubicados en estados estratégicos del Partido Republicano, como Luisiana, cuna política del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
trump amenaza con represalias del 200%
La reacción del expresidente Donald Trump fue inmediata: advirtió que impondrá aranceles del 200% a los productos europeos si la Unión Europea avanza con su plan. Esta amenaza subraya el endurecimiento del tono comercial en un año clave para su campaña presidencial.
China y Canadá también están involucrados en esta nueva ronda de tensiones. Beijing ya aplicó aranceles del 34% a bienes estadounidenses y Canadá replicó con gravámenes sobre vehículos importados, alcanzando un total de más de U$S40.000 millones en sanciones. Todo esto compone un tablero de creciente fragmentación económica global.
¿y el agro argentino?
La Argentina observa con atención este conflicto, que puede tener consecuencias decisivas para el agro local. Con Estados Unidos y Europa enfrentados, se abre la posibilidad de que países como Argentina aprovechen los desvíos comerciales y encuentren nuevas oportunidades en nichos sensibles, como la exportación de soja, carne bovina y derivados industriales de origen agropecuario.
Por ejemplo, si la Unión Europea restringe la compra de soja estadounidense con aranceles, es probable que aumente la demanda desde países del Mercosur, especialmente si avanza el acuerdo comercial entre ambos bloques. Lo mismo podría ocurrir con cortes de carne bovina y productos avícolas, donde Argentina mantiene una posición consolidada como proveedor confiable.
Sin embargo, también hay riesgos: una recesión global derivada de esta escalada arancelaria podría afectar la demanda internacional de commodities, empujar a la baja los precios internacionales y complicar las exportaciones argentinas. A su vez, la creación del "Grupo de Vigilancia de Importaciones" en Europa podría resultar en restricciones no arancelarias para productos agroindustriales que ingresen indirectamente desde mercados saturados.
"Todo dependerá de cómo se acomoden las piezas. En un escenario de confrontación, el agro argentino puede ganar mercados si actúa con rapidez y mantiene estándares exigentes. Pero si hay recesión global, nadie queda a salvo", advirtió un consultor en comercio exterior.
el sueño de un mercado común entre europa y ee.uu.
En medio del conflicto, surgió una voz inesperada. Elon Musk, asesor informal del gobierno estadounidense, planteó en una entrevista su anhelo de una zona de libre comercio entre Europa y EE.UU., lo que generó apoyos tibios en algunos sectores políticos del Viejo Continente. El italiano Antonio Tajani habló de su "sueño" de un mercado común transatlántico, mientras que el francés Laurent Saint-Martin calificó la idea como "interesante".
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, fue más directo: "Si Musk tiene algo que decir, debería decirle a su presidente que ponga fin a este sinsentido".
Por ahora, la guerra comercial está en marcha, la diplomacia sigue sobre la mesa y los mercados, en vilo. La próxima jugada será clave, no solo para las grandes potencias, sino también para países como Argentina, cuyo destino exportador podría definirse en medio de esta tormenta global.