En los sistemas ganaderos de cría de Entre Ríos, el campo natural es el recurso forrajero primordial. En un contexto de variabilidad climática, mantener el equilibrio entre la oferta de forraje y las necesidades del ganado se vuelve crucial para el éxito de la actividad. Desde el INTA Paraná, se brindan recomendaciones para planificar la oferta forrajera y aumentar la productividad de los sistemas ganaderos en campos naturales.
La productividad del campo natural es altamente variable entre distintas zonas, siendo aproximadamente el 70% del forraje acumulado en primavera y verano debido a la predominancia de gramíneas de ciclo primaveral a otoñal. En contraste, las especies de ciclo otoño-inverno primaveral son escasas pero de gran importancia debido a su contribución forrajera en momentos críticos para los sistemas ganaderos.
El crecimiento del pastizal depende directamente de las lluvias en primavera y verano, por lo que en años secos puede reducirse drásticamente, afectando la capacidad de carga del campo.
El INTA Paraná enfoca su asesoramiento en la planificación forrajera, la cual es parte integral de los programas de planificación de sistemas ganaderos. Esta estrategia permite compatibilizar la oferta forrajera con la demanda animal, garantizando un nivel adecuado de alimentación para lograr los objetivos productivos y preservar los recursos naturales.
Para realizar una presupuestación forrajera precisa, se requiere definir la biomasa forrajera disponible y su crecimiento estimado. La biomasa forrajera puede medirse mediante métodos directos o indirectos.
En el método directo, se realizan cortes de biomasa de una superficie conocida, asegurándose de una distribución representativa de la muestra y luego se seca en estufa hasta alcanzar un peso constante. El promedio del peso seco obtenido se expresa en kg MS ha-1 y representa la disponibilidad forrajera del lote.
Por otro lado, para determinar la disponibilidad forrajera de manera indirecta, se pueden utilizar diferentes métodos basados en atributos correlacionados con la biomasa, como la altura. Esta última se considera un buen predictor de la biomasa forrajera y permite una evaluación rápida.
La planificación del pastoreo también es esencial en los programas de corto plazo de la planificación forrajera. Implica conocer la biomasa forrajera disponible, la biomasa que se acumularía en función del crecimiento en el período de pastoreo, los requerimientos del ganado y la duración del pastoreo.
El diseño del esquema de rotación de pastoreo dependerá de la infraestructura disponible, como alambrados y aguadas, así como de la tasa de crecimiento del recurso forrajero y la mano de obra disponible.
Aunque la variabilidad climática no puede controlarse, es posible manejar el uso de los recursos para reducir su impacto. En este sentido, la planificación forrajera a mediano y corto plazo, basada en evaluaciones a campo y datos de sensores remotos, resulta fundamental para optimizar la oferta forrajera, mejorar la productividad y preservar la sostenibilidad de los campos naturales en la región de Entre Ríos.