El clima global entró en pausa. Luego de varios meses bajo la influencia de La Niña , el sistema ENSO (El Niño-Oscilación del Sur) ha regresado a una fase neutral , según el informe de abril de 2025 del Centro de predicción Climática de la NOAA . La temperatura del océano Pacífico central volvió a niveles cercanos al promedio y los patrones atmosféricos asociados al fenómeno se debilitaron. Sin embargo, lo que sigue no está claro .
Las condiciones actuales no anticipan una transición inmediata hacia El Niño. De hecho, los modelos climáticos prevén una persistencia de neutralidad durante varios meses más. Esto introduce un factor clave: la incertidumbre . Sin una señal dominante del ENSO, las proyecciones de lluvias y temperaturas a escala global y regional se vuelven más erráticas y menos confiables.
¿Qué se espera para el resto del año?
Según las proyecciones probabilísticas para el trimestre noviembre-diciembre-enero , hay un 43% de posibilidades de que continúe el estado neutral, un 38% de que vuelva La Niña, y solo un 19% de posibilidad de que surja El Niño.
Pronóstico probabilístico de la posible evolución del evento ENSO hasta fin de año
Aunque la neutralidad parece ser el escenario más probable, la diferencia entre las probabilidades es estrecha , lo que impide una afirmación categórica.
Esto plantea desafíos tanto para los meteorólogos como para los sectores que dependen de pronósticos estacionales confiables. En especial, el agro argentino , que ya ha sufrido los efectos de las últimas tres campañas con condiciones de sequía extrema bajo La Niña.
Impacto para Sudamérica y el agro argentino
En la región, el ENSO es uno de los factores más determinantes para la actividad agropecuaria. Durante El Niño , zonas como el noreste argentino, la región pampeana y el Litoral suelen recibir más lluvias. Durante La Niña , ocurre lo contrario: déficit hídrico, incendios y caídas de rendimiento.
Pluma de dispersión de pronósticos del evento ENSO a lo largo de los próximos meses
Con un ENOS neutral , se espera que no haya anomalías extremas , pero también crece el riesgo de variabilidad climática impredecible . Para los productores, esto significa tener que ajustar la planificación agrícola con mayor flexibilidad y seguir cerca de las actualizaciones meteorológicas.
¿Cómo nos ven desde afuera?
Organismos internacionales como la NOAA , la FAO y centros de análisis climático global observan a Sudamérica con atención. La región es clave en la producción de soja, maíz y trigo , y cualquier alteración climática tiene repercusiones directas en los mercados internacionales.
That's a wrap - NOAA says La Niña is over.
— Ben Noll (@BenNollWeather) April 10, 2025
The event peaked on Feb. 2, when the 30-day Relative Oceanic Niño Index, which accounts for the current state of the tropical oceans, reached -1.31%u02DAC.
The traditional index bottomed out at -0.79%u02DAC. pic.twitter.com/W7L5QKCh3r
Argentina, en particular, ha ganado un lugar destacado en el mapa mundial no solo por sus recursos naturales, sino también por su resiliencia productiva ante crisis climáticas. Sin embargo, desde fuera también se percibe la fragilidad estructural: una economía vulnerable que necesita del campo para sostener divisas y una estructura agrícola que depende en exceso del clima .