Por medio del Plan Argentina Irrigada, apunta a aumentar en un 90% la superficie bajo riego tecnificado, con la incorporación de 1,9 millones de hectáreas a las 2,1 millones que actualmente se encuentran bajo este sistema.
A su vez, el proyecto contempla la posibilidad de llegar a las 8,3 millones de hectáreas regadas en una década.Así, el Gobierno busca mitigar los daños de las sequías de cara al futuro, en un contexto donde la falta de lluvias afectó fuertemente a la actual campaña agrícola. La iniciativa beneficiaría a más de 50.000 productores agropecuarios y fue presentada el viernes por el presidente Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Sergio Massa, junto a varios gobernadores.
El plan promueve 95 proyectos de infraestructura hídrica en 20 provincias para revitalizar la inversión en sistemas de riego sostenible a través de un aporte público de US$2066,7 millones, proveniente de organismos internacionales, que, sumado a la inversión privada, llegará a los US$3232 millones e impulsará la creación de más de 80 mil empleos en diferentes regiones del país.
Durante la presentación, Fernández aseguró que el proyecto implica "hacer una lectura correcta de lo que nos pasa". Enfatizó que "el agua se ha vuelto un bien escaso, con lo cual saber aprovecharla al máximo se vuelve una política central".
A su vez, el jefe de Estado destacó: "Esto es un paso muy importante, son US$2000 millones que entidades financieras ponen al servicio de la Argentina, para que potenciemos nuestra capacidad productiva en todo el país".
"Si sabemos leer bien el presente en el que vivimos sabemos que tenemos que ser más cuidadosos de lo nuestro, porque la globalización de la gran aldea, de la hermandad, no existe", expresó el jefe de Estado.
Al respecto, agregó que en ese escenario "aparecen nuevos actores geopolíticos en pugna y tenemos que mantener la multilateralidad, porque necesitamos hacer de Latinoamérica una región que enfrenta el desafío de esta nueva globalidad".
El mandatario estuvo acompañado por el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; los secretarios de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal, Jorge Neme, y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo; la titular del Banco Nación, Silvina Batakis, y la directora del Servicio Meteorológico Nacional, Celeste Saulo.
Al tomar la palabra, Massa señaló: "Gobierne quien gobierne en la Argentina, cuando hablamos de aumentar la superficie cultivable y nuestra capacidad de riego, de lo que estamos hablando es de cuánto trabajo argentino le vendemos al mundo y esto también es distribución del ingreso. Porque en los núcleos húmedos la rentabilidad está asegurada, pero en aquellas zonas áridas tiene que haber infraestructura e inversión del Estado".
El acto también contó con la participación de los gobernadores de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; de Catamarca, Raúl Jalil; de Chubut, Mariano Arcioni; de Mendoza, Rodolfo Suárez; de Misiones, Oscar Herrera Ahuad; de Río Negro, Arabela Carreras; y de Tierra del Fuego, Gustavo Melella; y el vicegobernador de Salta, Antonio Marocco, quienes firmaron junto a Massa cartas de compromiso de conectividad rural.
También se firmó un convenio específico entre el ministerio de Economía y el Servicio Meteorológico Nacional para la adquisición de 126 estaciones meteorológicas automáticas, 20 medidores de nivel de agua subterránea y 2 laboratorios móviles.
El secretario de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal, Jorge Neme, afirmó: "Argentina llega hoy a 2 millones de hectáreas (bajo riego) de las 40 millones que tiene cultivadas".
Sobre eso, remarcó: "En los 2000, el país solamente tenía 30 millones de hectáreas cultivadas. Es decir, el área agrícola se expandió desde 2001 y 2002 hasta 2020 en 10 millones de hectáreas, 25% más, aunque ese crecimiento no fue acompañado por la expansión de las áreas de riego".
Seguidamente, puntualizó que "5% del área regada en la Argentina explica el 13% del producto bruto agropecuario", lo cual significa que "bajo riego se hacen producciones de mayor valor o que dan mucha mayor productividad".
Por eso se estima que las 8,3 millones de hectáreas que podrían tener riego tecnificado dentro de una década equivaldrían en producción a una superficie en secano de 20 millones de hectáreas, el récord de superficie que alcanzó la soja en la campaña 2014/2015.
"Se puede hablar de frutas, cerezas, frutos rojos, frutos secos, olivos, viñas y vinos, caña de azúcar, que son cultivos que por hectárea producen mucho más que la agricultura de ese canon, por ejemplo, que soja y maíz", detalló Neme.En tanto, Neme consideró que "en los cultivos tradicionales, soja, maíz, sorgo, trigo, se va a tener bajo riego un impacto de productividad mucho mayor y se va a llegar a las 18 toneladas de maíz, 8 o 9 de trigo, un 30% más de valor".En ese sentido, el funcionario enfatizó: "El valor de riego es muy importante y en Argentina tenemos recursos hídricos para regar hasta 8 millones de hectáreas".Por último, Neme aclaró que "la sumatoria de 6,2 millones de hectáreas al área agrícola se completarían sin afectar cuestiones ambientales y sin generar impactos negativos".