En cuanto al maíz, el USDA elevó las estimaciones de rendimiento a 183,1 bushels por acre, aumentando la producción total a 15.147 millones de bushels. Este incremento en la producción se debe a un aumento en el rendimiento, a pesar de una leve disminución en el área cosechada. Sin embargo, las existencias finales se redujeron a 2.073 millones de bushels, por debajo de lo estimado previamente, reflejando un consumo más alto de lo esperado.
Por su parte, la soja también mostró un aumento en la producción, alcanzando 4.589 millones de bushels, impulsado por un rendimiento superior y un incremento en la superficie sembrada. Las existencias finales de soja subieron considerablemente a 560 millones de bushels, lo que generó un sentimiento bajista en el mercado.
En el caso del trigo, la producción fue ajustada a la baja a 1.982 millones de bushels, con una reducción en la superficie cosechada, lo que también disminuyó las existencias finales a 828 millones de bushels.
En el ámbito internacional, las existencias finales mundiales de maíz para 2024/2025 se redujeron a 310,2 millones de toneladas métricas, mientras que las de soja aumentaron a 134,3 millones de toneladas métricas. En contraste, las existencias de trigo disminuyeron levemente a 256,6 millones de toneladas métricas.
Este informe del USDA ha generado reacciones en el mercado, con analistas como Jack Carroll de Farmer's Keeper y Naomi Blohm de Total Farm Marketing destacando el impacto del aumento en la producción de soja y las menores existencias finales de maíz, lo que ha influido en los precios del mercado.
Karl Setzer, socio de Consus Ag Consulting, subrayó que aunque la producción de maíz aumentó, la demanda sigue siendo fuerte, lo que indica que el problema no es la demanda, sino la enorme producción que se está logrando.
Este escenario plantea un panorama complejo para los productores y comerciantes, quienes deben ajustarse a los nuevos datos y tendencias para planificar sus próximas estrategias de mercado.