La porcicultura brasileña vive sus mejores años de la historia debido a un notable crecimiento entre 2015 y 2023, como destaca el informe 2024 de la Asociación Brasileña de Porcicultores (ABCS).
Durante este período, la producción de carne de cerdo en el país aumentó un 54,4% en volumen, pasando de 3,4 millones a 5,2 millones de toneladas. Este resultado impulsó al sector a un nuevo nivel de productividad y exportación. En términos de exportaciones, el desempeño fue aún más impresionante.
Entre 2015 y 2023, las exportaciones de carne de cerdo crecieron un 130,3%, pasando de 472.500 a 1,08 millones de toneladas, según el informe. Este salto contribuyó al equilibrio de la balanza comercial internacional brasileña, ya que aumentó la participación del país en el mercado mundial de carne de cerdo.
El aumento de la productividad también impactó en la disponibilidad de carne de cerdo para el consumo interno, que aumentó un 42,3% entre 2015 y 2023 (de 2,95 millones a 4,21 millones de toneladas). Según la encuesta ABCS, el consumo de carne de cerdo per cápita en el mercado interno aumentó de 15,1 kg en 2015 a 20,6 kg durante este período, un aumento del 36,4%. Este aumento fue impulsado por una mayor aceptación de la carne de cerdo por parte de los consumidores en Brasil, apoyada por campañas de fomento a su consumo. El número de cerdas de cría comercial también aumentó considerablemente.
La encuesta de 2023 identificó que el rebaño brasileño de estas cerdas alcanzó los 2,1 millones de animales. La mayor concentración de cerdas se encuentra en la región sur (Santa Catarina, Rio Grande do Sul y Paraná), que representa el 61% del rebaño nacional. La porcicultura brasileña es un sector económico altamente complejo que adopta diferentes modelos de producción. De la producción total, el 41% de las cerdas pertenecen al modelo integrado, el 35% a cooperativas y el 24% a productores independientes. El modelo integrado implica contratos entre productores y grandes empresas, como JBS y BRF.
En este modelo, estas industrias proporcionan insumos (genética, alimentos y medicamentos), mientras que los productores son responsables de las instalaciones y el manejo de la granja de los animales.
De allí, los animales listos para el sacrificio pasan a industrias que procesan la producción y la venden para los mercados interno y externo. Los productores reciben su pago de acuerdo con los resultados de producción zootécnica, como la conversión alimenticia, las tasas de mortalidad y otros indicadores.
Por otro lado, marcas como Aurora, Frimesa, Lar, Primato y Languiru lideraron el modelo cooperativo, gestionando la producción y el sacrificio. La principal diferencia en el modelo cooperativo es que los productores son una especie de socio y tienen derecho a voto en las decisiones colectivas. Los productores independientes representan una porción menor pero significativa del sector, con alrededor del 24% de las cerdas tecnificadas.
Los estados con mayores mercados de consumo, como São Paulo y Minas Gerais, reúnen a los productores de cerdos independientes. Además del crecimiento de la producción, el informe de la ABCS destaca el aumento de la eficiencia en el uso de insumos, que ascendió a más de 12,4 millones de toneladas de maíz y 4,2 millones de toneladas de harina de soja en 2023. La gestión eficiente de estos recursos ha sido un factor fundamental en la competitividad de la porcicultura brasileña en el escenario internacional entre 2015 y 2023.
La porcicultura brasileña registró una disminución del 7,08% en la conversión alimenticia, es decir, disminuyó la cantidad de alimento consumido por volumen de carne producida. Otros parámetros también mejoraron. Según el informe, el principal factor que contribuyó al crecimiento de la porcicultura fue la tecnología y la innovación.
La adopción de software de gestión y las prácticas agrícolas modernas ayudaron a los productores a lograr una mejor productividad y eficiencia. Además, la biotecnología, la genética avanzada y la mejora de la nutrición animal permitieron que Brasil se destacara como uno de los mayores productores de carne de cerdo del mundo. Otro punto a destacar es el impacto socioeconómico de la porcicultura en Brasil.
En 2023, el sector generó alrededor de 151.000 empleos directos y 1,1 millones de indirectos. La masa salarial de la actividad fue de 1.010 millones de euros, lo que reafirma a la porcicultura como un importante generador de empleo en el agronegocio brasileño.
El informe también trazó los flujos financieros de toda la cadena de producción, desde la compra de insumos hasta el procesamiento industrial y el comercio. ABCS estima que en 2023, la porcicultura generó 5.430 millones de euros en impuestos y contribuciones, lo que destaca la importancia fiscal del sector. Durante casi 30 años de experiencia en los mercados agrícolas,