Opinion

El regreso del proteccionismo de Donald Trump: ¿se avecina una tormenta económica para los mercados emergentes?

La renovada apuesta de Donald Trump por aranceles más altos podría desatar una guerra de divisas a nivel global.

30 Dic 2024

Para Argentina, con un peso atado al dólar y un marcado atraso cambiario, el impacto podría ser devastador, afectando exportaciones, reservas y empleo.
En su vuelta al escenario político, Donald Trump ha insinuado una renovada apuesta por el proteccionismo económico, con una propuesta de mayores aranceles generalizados a las importaciones en Estados Unidos. Este enfoque, que se alinea con su retórica de "América Primero", tiene el potencial de generar ondas expansivas no solo en las economías desarrolladas, sino también en los mercados emergentes. Entre estos, la Argentina se encuentra en una posición particularmente vulnerable, dado su régimen de tipo de cambio crawling peg y su ya crónica fragilidad macroeconómica. 

La estrategia arancelaria de Trump, que podría incluir tarifas de hasta el 10% sobre todas las importaciones, responde a su objetivo de reducir el déficit comercial de Estados Unidos y estimular la producción interna. Sin embargo, el impacto de estas medidas trasciende las fronteras estadounidenses. Históricamente, las políticas proteccionistas han provocado represalias en forma de devaluaciones competitivas por parte de otros países, especialmente aquellos con monedas flexibles y una dependencia significativa de las exportaciones hacia Estados Unidos.

El "efector dominó" de estas políticas es claro: un aumento de los aranceles estadounidenses encarece las importaciones, erosionando la competitividad de los exportadores extranjeros. Para contrarrestar este efecto, muchos países recurren a la devaluación de sus monedas con el objetivo de abaratar sus productos en los mercados internacionales y mantener el flujo de comercio. Esta dinámica, conocida como "guerra de divisas", podría ser el catalizador de una volatilidad significativa en el sistema financiero global.

Argentina y su vulnerabilidad cambiaria

En este contexto global incierto, Argentina enfrenta un dilema particular. Actualmente, el peso argentino opera bajo un esquema de crawling peg, un sistema de mini devaluaciones mensuales preanunciadas. Esta estrategia, con ajustes que rondan el 2% mensual, busca ofrecer cierta estabilidad cambiaria en medio de una inflación que supera el 120% anual. Sin embargo, este ritmo de depreciación rezagado en relación con los precios internos ha generado un claro atraso cambiario.

El atraso cambiario afecta directamente la competitividad de las exportaciones argentinas, haciendo que los productos nacionales sean más caros en los mercados internacionales. Esto es particularmente problemático para sectores clave como el agropecuario, que depende de la demanda externa y aporta una parte sustancial de las divisas al país. En un escenario donde otros países adoptan devaluaciones agresivas para contrarrestar los mayores aranceles de Estados Unidos, Argentina se encuentra en una posición desventajosa al carecer de flexibilidad inmediata para acompañar esta tendencia.

Impacto en la economía real

La combinación de proteccionismo global y atraso cambiario podría tener repercusiones significativas en la economía argentina. En primer lugar, el menor dinamismo exportador afecta el nivel de actividad económica, ya que las exportaciones representan una fuente crucial de demanda para muchos sectores productivos. Un menor ingreso de divisas también pone presión sobre las reservas internacionales, un recurso escaso en el actual contexto de restricciones cambiarias.

En segundo lugar, el deterioro de la competitividad puede traducirse en una caída del empleo en sectores exportadores y sus cadenas de valor. Esto no solo afecta a las empresas directamente involucradas en el comercio exterior, sino también a aquellas que forman parte de los eslabones secundarios, como el transporte, los servicios financieros y la logística.

Además, el atraso cambiario en un contexto de devaluación de monedas extranjeras genera una mayor conveniencia para importar bienes en lugar de producirlos localmente. Esto desincentiva la inversión en la producción nacional, impactando negativamente en la industria local y generando una mayor dependencia del exterior. La mayor competencia de bienes importados podría incluso llevar al cierre de empresas locales, exacerbando la pérdida de empleo.

Finalmente, el atraso cambiario también incentiva una mayor demanda de dólares por parte de ahorristas y empresas que perciben el tipo de cambio oficial como insostenible. Esto podría amplificar las tensiones en el mercado cambiario y aumentar la brecha entre el dólar oficial y los tipos de cambio paralelos, exacerbando la incertidumbre macroeconómica.

Opciones de política para Argentina

Ante este desafío, el Gobierno tiene varias alternativas, aunque todas implican costos y riesgos. Una opción sería acelerar el ritmo de devaluación para acompasar los movimientos del mercado internacional y corregir el atraso cambiario. Sin embargo, esto podría alimentar las expectativas inflacionarias y erosionar el poder adquisitivo de los salarios, profundizando la recesión. Por otra parte el Gobierno ha dejado claro que el programa apunta en sentido contrario, una disminución del crawling peg en los próximos meses.

Otra posibilidad sería implementar incentivos específicos para los sectores exportadores, como reducciones en las retenciones o beneficios fiscales temporales. Aunque esta medida podría mitigar el impacto del atraso cambiario en algunos sectores, tiene un costo fiscal significativo y podría resultar insuficiente frente a una devaluación generalizada de las monedas de los socios comerciales.

Una alternativa más radical sería unificar el tipo de cambio y dejarlo flotar libremente. Si bien esta medida eliminaría distorsiones en el mercado cambiario y simplificaría las operaciones comerciales, también conlleva riesgos significativos. En particular, frente a un exceso de pesos aún no resueltos, una flotación del tipo de cambio podría desencadenar una devaluación abrupta, alimentando la inflación y afectando aún más el poder adquisitivo de los consumidores. La experiencia histórica argentina sugiere que este enfoque debe manejarse con extrema cautela y acompañado de medidas complementarias para contener el impacto inflacionario.

Finalmente, Argentina podría optar por una combinación de políticas, que incluya un ajuste gradual del tipo de cambio junto con medidas para contener la inflación y estabilizar las expectativas. Este enfoque requiere una coordinación cuidadosa entre la política monetaria, fiscal y cambiaria, algo difícil de lograr en el actual contexto de fragmentación política.

El equilibrio entre estabilidad y competitividad

La situación de Argentina ilustra un dilema común a muchos mercados emergentes: el equilibrio entre estabilidad interna y competitividad externa. En un entorno de crecientes tensiones comerciales y devaluaciones competitivas, los países con regímenes cambiarios inflexibles o un limitado margen de maniobra política enfrentan una presión significativa.

Para los inversores, este escenario subraya la importancia de monitorear de cerca las políticas cambiarias y comerciales tanto a nivel global como local. En el caso de Argentina, el riesgo de una corrección abrupta del tipo de cambio sigue latente, lo que podría generar volatilidad en los activos denominados en pesos y en el riesgo-país.

En conclusión, las medidas proteccionistas propuestas por Donald Trump podrían desencadenar una cadena de respuestas que afecten a las economías emergentes, incluido el ya frágil sistema económico argentino. En este desafiante contexto global, la capacidad de los responsables políticos para anticipar y responder a estos cambios será clave para mitigar el impacto sobre la actividad económica, el empleo y la estabilidad financiera.

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El regreso del proteccionismo de Donald Trump: ¿se avecina una tormenta económica para los mercados emergentes?

30.12.24
La renovada apuesta de Donald Trump por aranceles más altos podría desatar una guerra de divisas a nivel global.
por

Christian Buteler

Analista Financiero
El regreso del proteccionismo de Donald Trump: ¿se avecina una tormenta económica para los mercados emergentes?