En los últimos 12 meses, se ha observado un significativo deterioro en el poder adquisitivo del campo, reflejado tanto en los kilos de carne como en las hectáreas ganaderas necesarias para comprar una camioneta.
Según un relevamiento realizado por María Soledad Carrasco del INTA EEA Bordenave-Agencia de Extensión Bahía Blanca, la brecha entre el incremento anual de precios de las camionetas y los productos ganaderos es notable. Mientras que el precio de las pick-ups aumentó un 113% en el último año, el novillo experimentó un incremento del 73% y el ternero se quedó rezagado con solo un 35% de variación. En términos reales, se observa una disminución anual del 38% en el precio del ternero y del 20% en el caso del novillo.
Esta pérdida de poder adquisitivo se refleja también en la cantidad de kilos de carne necesarios para adquirir una camioneta. Actualmente, se requieren 30.590 kilos de ternero (un 59% más que en julio de 2022) y 31.500 kilos de novillo (un 23% más que hace un año). Para la compra de este utilitario, se necesitan 85,3 cabezas de vientres, lo que representa un aumento anual del 48%.
El análisis también abarca la adquisición de la camioneta en función de las hectáreas ganaderas. En la actividad de cría, se necesitan actualmente 1.206 hectáreas para comprar un vehículo, lo que supera en un 61% los datos de julio de 2022. En el ciclo completo, se requieren 489 hectáreas, 172 hectáreas más que hace un año. Sin embargo, en la actividad de invernada se observa una mejora en el poder adquisitivo, ya que se precisan 257 hectáreas menos que en julio de 2022, lo que representa un 43% menos. A julio de 2023, la compra de una pick-up requiere de 337 hectáreas.
Estos datos muestran claramente la pérdida de poder adquisitivo en el sector ganadero y su impacto en la capacidad de compra de vehículos, evidenciando la necesidad de revisar las políticas y condiciones que afectan a esta actividad económica.