En su informe, la OMM aclaró que las condiciones necesarias para el desarrollo de El Niño están presentes y es muy probable (90%) que se mantengan en los próximos meses. Podemos compararlo con un embarazo en el que se está transitando el proceso sin complicaciones, pero aún falta el nacimiento.
Es importante destacar que han pasado siete años desde el último evento de El Niño. Normalmente, los episodios de El Niño ocurren cada dos a siete años y su duración suele ser de 9 a 12 meses. Desde finales de 2019, las condiciones climáticas estuvieron asociadas a un fenómeno de La Niña.
Es momento de prepararse. Los pronósticos indican que en la segunda mitad de 2023, el fenómeno de El Niño estará completamente desarrollado y su intensidad podría ser moderada. Conocer esta información con anticipación permite que la población y los gobiernos tomen medidas preventivas y se adapten a esta amenaza.
En nuestro país, durante las primaveras y veranos bajo la influencia de El Niño, se espera un aumento en la frecuencia e intensidad de las precipitaciones en gran parte del centro y norte argentino. Esto puede resultar en inundaciones, crecidas de ríos, tormentas intensas, deslizamientos de tierra y otras consecuencias.
A nivel mundial, este fenómeno contribuye al aumento de la temperatura global, sumándose al calentamiento global causado por la actividad humana. El Niño aumentará significativamente la probabilidad de romper récords de temperatura y provocar condiciones de calor más extremo en muchas partes del mundo y en los océanos.