Las actualizaciones más recientes elevan la probabilidad de que el actual El Niño alcance la categoría de "históricamente fuerte", situándolo entre los 5 eventos más intensos desde 1950.
El Climate Prediction Center (CPC) de la NOAA ha informado que el fenómeno El Niño actual podría ser uno de los 5 eventos más intensos registrados. Las últimas proyecciones sugieren que El Niño persistirá hasta el verano del hemisferio sur de 2023-24, con un 54% de probabilidad de alcanzar una intensidad "históricamente fuerte" durante la temporada de noviembre a enero, en comparación con una probabilidad previa de solo el 35%.
Una transición gradual a condiciones neutrales se espera para el trimestre de abril a junio de 2024, con un 60% de probabilidad de ocurrencia, mientras que para el trimestre de junio a agosto de 2024, la probabilidad de que persista El Niño disminuye al 11%, con un aumento del 44% en la probabilidad de retorno de La Niña.
El informe oficial de la NOAA indica un claro fortalecimiento de El Niño. Se observaron temperaturas de la superficie del océano (SST) sobre el promedio en el Pacífico ecuatorial, con un aumento en el centro y este-central del Pacífico durante noviembre. Las anomalías en la temperatura de la subsuperficie también se incrementaron significativamente, reflejando el fortalecimiento de las temperaturas sobre el promedio en el centro y este del Pacífico.
Una métrica clave para la fuerza de un evento ENOS (El Niño-Oscilación del Sur) es la temperatura promedio de tres meses en la región del Niño 3.4. La reciente anomalía ONI (Índice del Niño Oceánico) de septiembre a noviembre fue de 1,8 °C, y muchos modelos numéricos predicen que se mantendrá en 2,0 °C o más, tiempo suficiente para alcanzar el estatus de "históricamente fuerte".
Los impactos de El Niño en el verano de Argentina podrían ser significativos. Argentina es particularmente sensible a los efectos climáticos de los fenómenos ENOS. Se han documentado cambios en las condiciones climáticas desde agosto, con un incremento notable de precipitaciones en el norte del Litoral, el sur de Brasil y el norte uruguayo.
Las provincias centrales de Argentina, más rezagadas en la distribución de lluvias, han comenzado a recibir precipitaciones más frecuentes e intensas desde finales de octubre. Las temperaturas han mostrado una mayor variabilidad en el centro y norte de Argentina, alternando entre periodos cálidos y fríos.
Las proyecciones indican que el verano en Argentina se caracterizará por precipitaciones por encima de lo normal en buena parte del centro y norte del país, y temperaturas dentro de la normalidad para las provincias centrales y el Litoral. Las zonas más afectadas por el aumento de temperaturas podrían ser el corredor oeste de Argentina y la Patagonia, mientras que la zona central y el noreste podrían experimentar temperaturas más moderadas debido a una mayor humedad, nubosidad y precipitaciones.