El Gobierno estudia en estos momentos un borrador de proyecto para que los productores incrementan la venta de granos en los próximos meses. Al mismo tiempo, el gabinete económico de Alberto Fernández continúa teniendo bajo análisis la posibilidad de restablecer el diferencial de retenciones a favor de los productos con mayor valor agregado de la cadena sojera, como la harina y el aceite.
Este paquete de medidas tiene como objetivo que crezca la liquidación de divisas del agro en el último tramo del año y llegaría como respuesta al reclamo del sector agropecuario luego de las medidas tomadas por el BCRA que terminaron por paralizar el mercado de granos local.
Actualmente el "dólar soja " se ubica en torno de los $50 si se tienen en cuenta el tipo de cambio oficial y las retenciones del 33% que terminan por descontarse del precio. En un marco en el que la brecha con el blue supera los $80, los productores comenzaron a retacear las ventas de la cosecha 2019/20 en el último tramo del año. Justamente cuando el precio de la oleaginosa alcanzó su máximo en dos años y superó los u$s400 millones por tonelada.
Según las estadísticas el ministerio de Agricultura de la Nación, actualmente los productores tienen en su poder alrededor de 18,3 millones de toneladas de soja y otras 8 millones fueron venidas pero con precio a fijar, esto significa que todavía quedan por liquidarse al menos u$s12.000 millones de la campaña 2019/20.
Con esto en mente el Gobierno comenzó a plantearse la posibilidad de establecer un tipo de cambio diferencial para los productores sojeros por un tiempo acotado. Es decir, ofrecerles un incentivo para que reciban un mejor valor por su cosecha, al tiempo que lograría incrementar el alicaído ingreso de divisas del agro, que en lo que va del año ya muestra un retroceso en torno del 12%.
Por otro lado, las empresas agroexportadoras, principalmente aquellas que se dedican al crushing de soja, continúan manifestando la necesidad que se reimplementen retenciones diferenciales a favor de los productos industrializados. Básicamente las agroexportadoras solicitan que se vuelva al sistema donde el aceite y la harina tributaban 3 puntos menos de retenciones.
Este es otro punto que está bajo análisis desde hace largo tiempo en el Gobierno y se buscaría también avanzar con un diferencial, al menos, por algunos meses para que, entre la combinación de un mejor tiempo de cambio junto con el impulso a la industria, se reavive el necesario ingreso de divisas de cara al último tramo del año.
En tanto, las empresas agroexportadoras continúan manteniendo un bajísimo perfil luego del anuncio de las nuevas medidas dispuestas por el BCRA.
El cupo del 40% para acceder al dólar oficial para pagar sus deudas y el redireccionamiento de la prefinanciación de exportaciones a favor de las pymes no cayeron para nada bien en el sector.
Lejos de la crítica, los industriales del campo buscan mostrarle al Gobierno que las empresas del crushing de soja necesitan no solo un nuevo esquema de retenciones, en donde fomente los envíos con valor agregado, sino también medidas menos restrictivas para acceder al mercado de cambios.
Mientras tanto el Gobierno estudia los pasos a seguir y por lo pronto reconoce la necesidad de proveerle de incentivos a un sector clave para la economía argentina.
Por Yanina Otero