Argentina cerró 2024 con el gasoil más caro de la región, alcanzando un precio promedio de USD 1,19 por litro, según un informe de la consultora Montamat & Asociados. Este incremento no solo afecta a los consumidores finales, sino que también repercute de manera significativa en sectores productivos clave, como el agro, donde el combustible representa un componente crítico en la estructura de costos.
Impacto directo en el agro
El aumento sostenido del gasoil tiene un impacto transversal en la cadena de valor agropecuaria, encareciendo el transporte de granos, insumos y maquinaria. "Cada incremento en el precio del gasoil se traduce en menores márgenes para los productores y una pérdida de competitividad frente a otros países de la región", explicó un referente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP).
En el agro, el gasoil no solo es necesario para el transporte de la producción, sino también para la operación de maquinarias agrícolas, como tractores y cosechadoras. Esto encarece las campañas de siembra y cosecha, afectando tanto a los pequeños como a los grandes productores. Según estimaciones de la Federación Agraria Argentina, el costo del gasoil representa cerca del 25% del gasto operativo de una explotación agropecuaria promedio.
Comparativa regional
A nivel regional, Argentina superó incluso a Uruguay, históricamente conocido por tener el gasoil más caro, donde el litro se ubica en USD 1,15. Otros países, como Brasil (USD 1,01), Chile (USD 0,99) y Perú (USD 0,95), presentan precios significativamente menores. Mientras tanto, en el mercado internacional, los precios del combustible han mostrado cierta estabilidad o incluso caídas, una tendencia que Argentina no logró replicar debido a su alta carga fiscal y la dinámica del mercado interno.
El informe de Montamat & Asociados detalla que casi el 50% del precio final del combustible en Argentina corresponde a impuestos, lo que eleva los costos de manera considerable en comparación con otros países de la región.
Producción récord en Vaca Muerta, pero sin alivio en los precios
A pesar de haber alcanzado un récord histórico en la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta, este hito no se tradujo en un alivio en los precios del combustible. El Gobierno, en cambio, optó por aprovechar la baja en los precios internacionales para "alinearse a los valores regionales", lo que generó tensiones con sectores productivos que esperaban medidas más favorables.
La reciente actualización de los impuestos sobre combustibles líquidos, que generó un aumento del 1,75% en los surtidores de YPF en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue el último golpe al bolsillo de los productores rurales. Aunque el Gobierno aseguró que buscará moderar los incrementos durante el verano, el sector agropecuario alerta sobre el efecto acumulativo de estos ajustes.
Un desafío para la competitividad
El aumento del gasoil, sumado a una carga impositiva que explica casi la mitad de su precio final, plantea un desafío mayúsculo para la competitividad del agro argentino. En un contexto global donde los productores deben competir con países que tienen costos energéticos significativamente menores, el encarecimiento del gasoil podría profundizar las dificultades para exportar y sostener la rentabilidad del sector.
El campo, motor histórico de la economía argentina, se encuentra ante un escenario de creciente presión económica. Mientras el Gobierno busca consolidar la baja de la inflación y mantener el equilibrio fiscal, los productores rurales demandan soluciones que les permitan seguir siendo competitivos en un mercado cada vez más desafiante.