El consumo tiene dificultades para recuperarse.
Si bien la actividad económica viene dando muestras de una recuperación sostenida, con una suba del 5,7% en febrero, el consumo de alimentos continúa en baja y productos claves como la carne deben ser reemplazados por pollo o cerdo entre los sectores económicos más postergados.
En el caso de quienes están por debajo de la línea de pobreza, se nota el traspaso del consumo de carnes a variantes clásicas como los fideos, la polenta o el arroz.
Argentina atraviesa una caída en el consumo masivo en las ventas de productos básicos como alimentos, bebidas y limpieza en los supermercados y autoservicios, acumulado durante los últimos 16 meses.
De acuerdo con datos de la consultora Scentia, en 2024, el consumo acumuló una caída del 14% en marzo, y en el primer trimestre de 2025 del 8,5%.
Mientras los sectores medios bajos y bajos están sufriendo el impacto de tener que cambiar de consumos porque no llegan a fin de mes, otros grupos sociales empiezan a reactivar las compras de bienes durables -electrodomésticos y autos-.
Durante el primer trimestre, las ventas de autos subieron un 90% interanual y las de motos un 62%.
A su vez, las escrituras de inmuebles treparon un 94% interanual, las ventas de electrodomésticos ascendieron un 51% y los viajes de turistas al exterior aumentaron un 74%, acentuado en Brasil, con un 92% de viajes.
Según consultoras de consumo, las personas que tienen ingresos bajos o medios-bajos, destinan una mayor porción de sus ingresos a la compra de productos básicos.
Esto refleja una pérdida importante en el poder adquisitivo de estos sectores y las bajas probabilidades de acceso a bienes durables o viajes.
En cambio, otros sectores expanden su consumo: los hogares con ingresos medios-altos y altos, viven una realidad diferente, dado que pueden ahorrar una parte de sus ingresos y destinarlo para la compra de productos importados o viajes al exterior.
La clase media-baja destina sus ingresos a la compra de alimentos o productos básicos.
Durante marzo, el consumo masivo mostró nuevamente una leve caída, esta vez del 0,3% en relación al mismo periodo de 2024 y acumuló una caída del 5,4% interanual.
Según un informe privado, el deterioro del consumo durante el tercer mes del año se profundizó en relación a febrero, cuando la contracción fue del 2,7% producto de la inflación en productos esenciales y la pérdida del poder adquisitivo.
Un informe de la consultora NielsenIQ mostró cómo los hogares comenzaron a tener un consumo más responsable en un contexto de leve recuperación económica, con los salarios aún golpeados por la devaluación y la recesión.
En este sentido, los hogares priorizaron los rubros relacionados al mantenimiento del hogar y cuidado personal, siendo más selectivos con los alimentos.
Uno de los rubros que más sufrió durante marzo fue el de Bebidas. Dentro del segmento, las ventas de Bebidas alcohólicas cayeron 10%, mientras que las no alcohólicas crecieron apenas 0,5%.
Por el contrario, el rubro de Alimentos tuvo un leve crecimiento, llegando al 0,5% en marzo. Las categorías que mostraron mayor incremento fueron Alimentos no básicos, que crecieron un 1,9%, y Golosinas, con 2,2%
Asimismo, Cuidado personal y Limpieza tuvieron un aumento general del 4,1%. Cosmética y tocador crecieron un 3,8%; mientras que las categorías de Productos de limpieza para el hogar y Ropa aumentaron 4,9%.
También durante marzo la facturación creció un 54,6%, mientras que el promedio de precios incrementó 57,2%, frente a la inflación interanual de 55,9%.
El informe consignó que, si bien el retroceso del consumo es leve, los hogares argentinos volvieron a adoptar una actitud más cautelosa a la hora de comprar, especialmente comparado con enero y febrero.
La disparidad entre las variaciones en el consumo de artículos esenciales y no esenciales muestra como también la canasta de consumo de los ciudadanos va cambiando mientras los precios intentan reacomodarse en un complejo contexto económico por las expectativas de la evolución de precios y el mercado internacional.
Como los aumentos salariales siguen por debajo de la inflación, los especialistas creen que será difícil que el consumo masivo pueda repuntar.
El consumo masivo volvió a contraerse en marzo, con una caída interanual del 5,4%, según un informe privado.
La baja profundiza el retroceso registrado en febrero, cuando la contracción había sido del 2,7%, en un contexto marcado por la pérdida de poder adquisitivo y el impacto persistente de la inflación sobre los productos esenciales.
La caída del consumo se produce en un contexto de renovada suba de precios. En marzo, la inflación alcanzó el 3,7%, impulsada principalmente por los rubros de educación (21,6%) y alimentos (5,9%), según datos del INDEC.
Para abril, algunas consultoras están proyectando un costo de vida del 3%.
El Índice de Precios al Consumidor acumula una suba del 8,6% en el año y un incremento del 55,9% interanual.
Además, la suba de precios en verduras, tubérculos, legumbres, carnes y derivados tuvo una alta incidencia en todas las regiones.
En este escenario, el consumo de carne vacuna volvió a caer en marzo y ya acumula 16 meses en baja.
Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), el retroceso mensual fue del 2,7%, mientras que la caída interanual llegó al 5,4%.
El consumo promedio por habitante en el último año se ubicó en 47,8 kilos, el más bajo en tres décadas.
En enero, el registro fue de 47 kilos anuales per cápita, lo que marcó una baja del 3,2% frente al mismo mes del año pasado.
La caída también se reflejó en supermercados y autoservicios. Las ventas bajaron 7,1% y 3,7%, respectivamente. En un contexto de inflación y pérdida del poder adquisitivo, cada vez más personas reducen la compra de carne.
Según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los cortes registraron subas antes y después de la última devaluación. Los aumentos preventivos promediaron el 7,7%, pero luego se intensificaron.
Comparando precios de fines de marzo con esta semana, el roast beef pasó de $9.759 a $13.300 (36%), la carnaza común subió de $7.381 a $10.100 (36%), el cuadril trepó de $12.719 a $17.500 (33%) y la paleta fue de $10.152 a $13.400 (32%).
También se encarecieron otros cortes como la nalga, la bola de lomo y el lomo, con subas de entre 16% y 28%.