Este descenso marca el nivel más bajo registrado en 28 años, de acuerdo con la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), y se encuentra muy por debajo de los niveles alcanzados entre 1950 y 1980, cuando el consumo anual rondaba los 84 kilos per cápita.
Los patrones de compra han cambiado notablemente en los hogares argentinos, en sintonía con las políticas de ajuste económico implementadas por el gobierno de Javier Milei. Tradiciones como el clásico asado dominical han quedado en segundo plano frente a opciones más accesibles como los muslos y las alitas de pollo. En muchas carnicerías del conurbano bonaerense, la demanda de menudos y carcasas ha crecido considerablemente, con clientes que llegan temprano para asegurarse su compra antes de que se agoten.
Comparación internacional
A pesar de este cambio en la dieta, Argentina continúa figurando entre los países con mayor consumo de carne a nivel global. En 2024, se ubicó como el principal consumidor mundial de carne vacuna por persona, superando a Uruguay, con 42,2 kilos, y a Brasil, con 39,5 kilos.
En cuanto al consumo combinado de carne bovina, aviar y porcina, el país se posiciona en segundo lugar a nivel mundial con 115 kilos per cápita, sólo detrás de Estados Unidos, que registra un promedio de 120 kilos. Australia ocupa el tercer puesto con 105 kilos anuales.
No obstante, pese al aumento en la preferencia por el pollo, Argentina no se encuentra entre los principales consumidores de carne aviar a nivel global, una lista liderada por Perú (56,4 kilos por persona), seguido por Estados Unidos (53,6) y Australia (53,4).
Por otro lado, la carne de cerdo ha mostrado un crecimiento sostenido en la última década, duplicando su demanda hasta alcanzar 17,7 kilos anuales por habitante. Sin embargo, el país se mantiene lejos de Corea del Sur, el mayor consumidor mundial, con 42,7 kilos per cápita, ubicándose en el puesto 19 a nivel internacional.
Perspectivas y exportaciones
Aunque el consumo interno de carne vacuna ha caído de forma considerable, las proyecciones de la BCR indicaban un panorama aún más negativo en julio del año pasado, cuando se estimaba un consumo de apenas 44,8 kilos por persona, lo que hubiera representado el nivel más bajo desde 1914. Finalmente, el promedio anual superó esa cifra en 4 kilos.
El precio de la carne vacuna ha sido uno de los rubros que más aumentó en el último año. A pesar de haber mostrado cierta estabilidad en la primera mitad del segundo semestre, en diciembre los valores volvieron a incrementarse.
En contraste con la contracción del consumo doméstico, las exportaciones de carne argentina han mantenido una tendencia al alza. Durante 2024, el país exportó un récord de 699.987 toneladas de carne vacuna, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Este volumen, el más alto en 57 años, generó ingresos por 2.122 millones de dólares. China se mantiene como el principal destino, absorbiendo el 75% de las exportaciones, seguido por Estados Unidos, Chile e Israel.
Preferencias y precios
El encarecimiento de la carne bovina ha ampliado aún más la diferencia de precios con el pollo. Los productos avícolas, como las opciones apanadas, muslos y alitas, han ganado protagonismo en las mesas argentinas, desplazando a la tradicional carne vacuna. Los cortes económicos, como menudos y carcasas, han experimentado un notable incremento en la demanda, llegando incluso a ser ofrecidos sin costo en algunos puntos de venta.