En Argentina, se espera que una primera etapa de la perspectiva climática esté marcada por temperaturas por debajo de lo normal, con heladas en el sur y oeste del país, mientras que una entrada de vientos tropicales elevará las temperaturas en el centro-norte, con lluvias en el noreste.
Estas condiciones traerán nevadas en la Cordillera Sur y un incremento térmico en el norte del país, con temperaturas máximas que podrían superar los 35°C en algunas regiones. Sin embargo, las precipitaciones serán escasas en la mayoría del territorio, concentrándose en zonas puntuales del noreste y NOA.
En contraste, en Estados Unidos, las zonas agrícolas también enfrentarán variaciones climáticas importantes. Tras una ola de calor, se anticipan lluvias intensas en el Cinturón Maicero, el Delta y las costas del Golfo. No obstante, las áreas trigueras recibirán aportes limitados. Adicionalmente, la entrada de vientos polares provocará temperaturas mínimas por debajo de lo normal en gran parte del territorio, lo que podría generar heladas tempranas en algunas regiones del norte.
El informe subraya los riesgos asociados, como posibles inundaciones en el sureste de EE. UU. debido a tormentas tropicales, mientras que áreas de Oklahoma y Texas podrían sufrir sequía inminente.
Este panorama climático resalta la creciente volatilidad en las zonas agrícolas, donde las condiciones meteorológicas extremas pueden afectar tanto la producción como la planificación de cultivos.
