Un reciente estudio publicado en Annual Reviews alerta sobre un efecto menos evidente del cambio climático: la dilución de nutrientes en las plantas. Este fenómeno, provocado por el aumento de dióxido de carbono (CO) y el calentamiento global, está haciendo que las plantas crezcan más rápido pero sean menos nutritivas, con implicaciones devastadoras para los animales herbívoros y, en última instancia, para toda la cadena alimentaria.
Más de un tercio de los animales de la Tierra son herbívoros que dependen de las plantas como su fuente principal de alimento. Según el estudio, el menor valor nutricional de las plantas obliga a estos animales a dedicar más tiempo a buscar y consumir alimentos, exponiéndolos a mayores riesgos de depredadores y estrés.
"Los cambios en el valor nutricional de las plantas pueden ser una causa subestimada de la disminución de las poblaciones animales," explicó Ellen Welti, ecóloga del Instituto Smithsonian de Biología de la Conservación.
Además, los animales que dependen de alimentos de alta calidad, como pandas gigantes, koalas y elefantes, están particularmente vulnerables. Estas especies requieren nutrientes más concentrados para sobrevivir, y el cambio climático está reduciendo la calidad de su dieta.
La disminución de nutrientes también afecta a los cultivos destinados al consumo humano. Registros a largo plazo han mostrado una caída en los niveles de micronutrientes como hierro, zinc, cobre y magnesio en cultivos básicos como el arroz y el trigo.
Estas deficiencias representan un problema crítico en regiones donde los granos son la principal fuente de nutrición, como Asia Oriental y Central. Según el estudio, las deficiencias de hierro, zinc y proteínas podrían aumentar significativamente en las próximas décadas, poniendo en riesgo la salud y la supervivencia de millones de personas.
El ganado también está afectado: la menor concentración de proteínas en los pastizales reduce el aumento de peso de los animales, impactando a los ganaderos económicamente. Este fenómeno amenaza la sostenibilidad de la producción ganadera global.
El impacto del cambio climático no se limita a la tierra. El calentamiento de las aguas marinas está disminuyendo el contenido nutricional de las algas, un recurso esencial para numerosas especies marinas. Esto genera efectos en cascada que pueden alterar los ecosistemas oceánicos.
Los investigadores señalan que se necesitan más estudios para comprender completamente el alcance de este problema. Experimentos que aumenten artificialmente los niveles de CO y monitoreen los cambios a largo plazo en la química de las plantas y los animales en el campo serán cruciales para identificar soluciones.
A largo plazo, la dilución de nutrientes en las plantas podría alterar radicalmente las cadenas alimentarias y los ecosistemas del mundo entero. Mientras los efectos directos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y las olas de calor, son evidentes, este fenómeno silencioso amenaza la estabilidad de los ecosistemas de manera igualmente significativa.