La medida genera incertidumbre sobre la capacidad de la agencia para seguir apoyando a los productores agropecuarios en el país.
Los despidos alcanzaron a empleados en período de prueba, lo que incluye a analistas de préstamos del Servicio de Administración Agrícola (FSA), científicos del área de agricultura y alrededor de 1.200 empleados del Servicio de Conservación de Recursos Naturales (NRCS).
Si bien el número exacto de afectados no fue revelado, se estima que más de 200.000 empleados federales en período de prueba podrían estar en riesgo de ser despedidos. La medida también incluye degradaciones de empleados con estatus de servicio ejecutivo senior, un grupo de alto nivel dentro de la jerarquía federal.
Un portavoz de la Secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, justificó la medida afirmando que busca optimizar las operaciones del gobierno, eliminar ineficiencias y fortalecer la capacidad del USDA para servir mejor a los agricultores, ganaderos y silvicultores estadounidenses.
Expertos del sector alertaron sobre las consecuencias negativas de estos despidos. Zach Ducheneaux, exadministrador del FSA, advirtió que la pérdida de prestamistas agrícolas podría afectar la capacidad de los productores para obtener financiamiento, lo que pondría en riesgo la compra o mantenimiento de campos.
"La formación de un oficial de préstamos del USDA lleva dos años. Despedir a empleados entrenados no solo es un desperdicio de la inversión en su capacitación, sino que también genera demoras en los préstamos para agricultores y ganaderos que dependen de estos fondos para operar", explicó un funcionario del Congreso.
En el NRCS, la pérdida de empleados afectará los programas de conservación, ya que muchos de los despedidos eran el primer punto de contacto de los agricultores con las ayudas federales. Desde la agencia se intentaba expandir la plantilla para apoyar la adopción de prácticas de conservación, pero la ola de despidos supone un retroceso en la asistencia a los productores.
El impacto de la reducción de personal también alcanzó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA), que despidió a 388 trabajadores. Según la agencia, los empleados en período de prueba fueron cesanteados tras una revisión de funciones en línea con órdenes ejecutivas de Trump.
Por su parte, el Servicio Forestal de EE.UU. despidió 3.400 empleados, mientras que el Servicio de Parques Nacionales redujo su plantilla en 1.000 personas. Estas medidas forman parte de un plan de reducción del gasto federal liderado por Trump y su asesor Elon Musk, que busca reducir la burocracia y reestructurar agencias gubernamentales.
La combinación de despidos masivos, congelamiento de la ayuda exterior y recortes en la protección laboral de empleados federales está generando gran incertidumbre en el sector agrícola de EE.UU.
Analistas advierten que estas medidas pueden afectar la capacidad del gobierno para responder a crisis climáticas, sequías y eventos extremos, además de limitar el acceso a financiamiento para agricultores en tiempos de dificultades económicas.
"Existe una gran incertidumbre en el mercado. Hasta que no se aclare el panorama sobre cómo impactarán estos cambios en los precios de los commodities y en la asistencia al productor, muchos están en modo de espera", afirmó Eric Wareham, vicepresidente de la Asociación de Distribuidores de Equipos de América del Norte.