La suspensión de fondos y subsidios por parte del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) ha desatado el caos en la industria agrícola, afectando tanto a productores como a bancos de alimentos y fabricantes de alimentos locales.
El programa Resilient Food Infrastructure Systems, destinado a fortalecer la infraestructura alimentaria del país, se encuentra en pausa indefinida tras la decisión del gobierno de congelar los subsidios y préstamos federales, dejando a productores en una situación crítica.
Uno de los afectados es Tom Smude, un agricultor de Minnesota que recibió un subsidio de $500,000 USD para expandir su planta procesadora de girasol. Smude había iniciado la compra de equipos con un préstamo temporal a la espera del reembolso federal, pero ahora su financiamiento está en el aire.
"El problema es que desmontamos nuestra línea de producción y ahora no estamos fabricando nada", explicó en una audiencia del comité agrícola del Senado estatal.
Empresas como Seven Sundays, que dependen de los productos de Smude para fabricar cereales vendidos en Wal-Mart y Costco, también ven en peligro sus contratos por la reducción en el suministro.
"No tenemos un Plan B", admitió Brady Barnstable, dueño de la compañía.
Por otro lado, Hannah Bernhardt, productora de ganado en Finlayson, denunció que el bloqueo del programa Local Food Purchase Assistance (LFPA) impidió la venta de tres cabezas de ganado destinadas a bancos de alimentos.
"Ahora debo encontrar compradores de último momento para esa carne", lamentó.
Además, tuvo que suspender la compra de semillas para cultivos de cobertura debido a la congelación del programa de Conservation Stewardship, afectando la planificación de su producción.
El impacto no solo afecta a los agricultores. Organizaciones de ayuda alimentaria como The Food Group han debido suspender compras de productos locales, aumentando la presión sobre los bancos de alimentos.
"No hemos recibido ninguna comunicación del USDA", denunció Sophia Lenarz-Coy, directora ejecutiva de la organización.
Según datos oficiales, en los últimos años el gobierno ha subsidiado hasta el 20% de los ingresos agrícolas de Minnesota, beneficiando principalmente a grandes productores, pero siendo vital también para pequeños agricultores y empresas familiares.
