Esta decisión sigue a la determinación de que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) no cumplió con los requisitos reglamentarios al reautorizar el uso de dicamba en 2020.
La sentencia argumenta que la EPA violó la Ley Federal de Insecticidas, Fungicidas y Rodenticidas (FIFRA) al no evaluar adecuadamente los riesgos y costos asociados para los no usuarios de dicamba, lo que llevó al tribunal a revocar su aprobación. Esta es la segunda vez que la aprobación de dicamba por parte de la EPA es anulada, marcando una continuidad en el debate regulatorio y legal sobre su uso.
La incertidumbre rodea la capacidad de la EPA para reaccionar a tiempo y reinstaurar el uso de dicamba para 2024, con especialistas como Larry Steckel de la Universidad de Tennessee expresando dudas sobre las próximas acciones de la agencia. En 2020, se permitió a los agricultores usar el inventario existente de dicamba a pesar de la prohibición de nuevas ventas, pero aún no se ha clarificado cómo se manejará la situación actual.
Ante la potencial ausencia de dicamba, los productores enfrentan el desafío de buscar alternativas efectivas para el control de malezas. Bill Johnson, de la Universidad Purdue, sugiere que muchos podrían optar por el herbicida Liberty en lugar de dicamba, señalando un cambio posible en las prácticas de manejo de cultivos.
Reacciones de la Industria: Bayer, BASF, y Syngenta han expresado su desacuerdo con la decisión judicial y están evaluando sus opciones legales, al mismo tiempo que aguardan la orientación de la EPA. Estas compañías reiteran su compromiso de trabajar por soluciones de control de malezas viables y sostenibles.El Consejo Nacional del Algodón (NCC) ha instado a la EPA a apelar la sentencia, destacando el impacto significativo que tendrá en el sector algodonero, donde más del 75% de las variedades son tolerantes a dicamba.
La decisión del tribunal ha provocado preocupación entre los agricultores y la industria agrícola, especialmente considerando el timing crítico para la planificación de la temporada de cultivo. La potencial pérdida de dicamba como herramienta de control de malezas plantea desafíos económicos adicionales en un contexto de precios ya presionados por debajo de los costos de producción.