El Ministerio de Trabajo de Santa Fe la dictó en el conflicto del frigorífico Euro, que inició el 2025 con una drástica medida, con más de 70 trabajadores que fueron despedidos abruptamente, muchos de ellos mediante mensajes de WhatsApp.
La situación, que dejó a la planta con menos de 70 empleados activos, generó protestas y tensiones, pero ahora todas las miradas están puestas en alcanzar una solución mediante el diálogo.
La empresa, especializada en el procesamiento de tripas para embutidos, había implementado un plan de retiros voluntarios durante 2024. Sin embargo, las dificultades económicas y la falta de alternativas laborales en la región llevaron a muchos trabajadores a rechazar esta opción, priorizando la estabilidad de un empleo formal. Ante este escenario, la compañía avanzó con despidos que afectaron tanto a jóvenes como a personas cercanas a la jubilación, reduciendo aún más su fuerza laboral.
La decisión no solo generó un fuerte impacto en los trabajadores afectados, sino también entre quienes aún permanecen en la planta, que temen un cierre definitivo. Además, la modalidad en que se comunicaron las desvinculaciones, incluyendo notificaciones enviadas mientras algunos empleados estaban de vacaciones, intensificó el malestar.
Protestas y reclamos en búsqueda de soluciones
Las protestas no se hicieron esperar. Durante varios días, trabajadores despedidos se congregaron frente a la planta, ubicada en la calle San Diego al 1900, donde llevaron a cabo cortes y manifestaciones. Sin embargo, las tensiones comenzaron a bajar tras el inicio de conversaciones orientadas a encontrar acuerdos que beneficien a ambas partes.
La conciliación se ha convertido en el eje central del conflicto. Autoridades laborales y representantes de la empresa trabajan en mesas de negociación junto con delegados de los trabajadores, buscando alternativas que incluyan el respeto a los derechos laborales y la posibilidad de reubicaciones o compensaciones justas para los afectados. Aunque no se han cerrado acuerdos concretos, la apertura al diálogo ha traído un poco de esperanza en medio de un panorama incierto.
La urgencia de preservar el empleo y la actividad económica
El frigorífico Euro, que en sus mejores años llegó a emplear a más de 700 personas, se encuentra en una situación crítica. La reducción de personal, que ya había comenzado en años anteriores, pone en riesgo no solo la continuidad de la planta, sino también el sustento de decenas de familias que dependen de esta actividad.
La importancia de alcanzar una solución conciliadora no solo radica en los trabajadores despedidos, sino también en el impacto económico para la comunidad de Villa Gobernador Gálvez. En una región con pocas oportunidades laborales, preservar el empleo formal y la actividad productiva se ha convertido en una prioridad.
Aunque el futuro del frigorífico sigue siendo incierto, las negociaciones abiertas representan una oportunidad para encaminar el conflicto hacia una resolución que contemple tanto los derechos de los trabajadores como la viabilidad de la empresa.