Este miércoles, los precios de la soja alcanzaron su nivel más bajo en los últimos cuatro años, cerrando en los US$ 349,71 en Chicago, lo que representó una caída de 9 dólares respecto a la jornada anterior. Este desplome tiene un impacto directo en el mercado local, donde la soja cayó a $ 280.000 por tonelada, un valor que refleja las presiones externas y las condiciones internas.
El principal motor detrás de esta caída de precios es el fortalecimiento del dólar estadounidense, que aumentó más de un 1% tras las declaraciones de la Reserva Federal sobre una desaceleración de los recortes de tasas en 2025. Este escenario encarece las commodities en Estados Unidos, haciendo que los granos, como la soja, pierdan competitividad en los mercados internacionales.
A esta situación se suma la devaluación del real brasileño, que genera un efecto favorable para las exportaciones de soja brasileña, ofreciendo precios más bajos y más atractivos para los compradores internacionales. Además, las estimaciones de producción récord en Brasil y otros países productores también presionan a la baja los valores de la oleaginosa.
En Argentina, el impacto del desplome de la soja en Chicago fue inmediato. Según el informe de fyo, la cotización de la soja en el mercado local descendió hasta los $ 280.000 por tonelada, luego de comenzar la rueda con una oferta inicial de $ 285.000. La demanda en el mercado local siguió de cerca la tendencia bajista de los futuros, con las fábricas ajustando el precio en función de las fijaciones y la oferta disponible.
En el Mercado a Término de Buenos Aires (MAT), los precios de la soja también experimentaron caídas. Las posiciones cercanas retrocedieron US$ 8, mientras que la soja para mayo ajustó en US$ 260,5, con una baja de US$ 4,7.
El maíz también mostró signos de debilidad, con la exportación pagando $ 180.000 por tonelada, aunque las bonificaciones ofrecidas elevaron los precios a niveles cercanos a los $ 185.000 para entregas en enero. Por otro lado, el trigo experimentó una leve suba, alcanzando los $ 200.000 con descarga.
En cuanto a las perspectivas, los productores de soja se enfrentan a un panorama incierto para los próximos meses, con una combinación de factores internos y externos que presionan los precios a la baja. El fortalecimiento del dólar y la competitividad de Brasil seguirán siendo determinantes en la cotización de la oleaginosa en los mercados internacionales, lo que podría seguir afectando a la economía agrícola local.