La campaña de maíz en la zona núcleo enfrenta una serie de obstáculos que ponen en riesgo su desarrollo. La falta de lluvias, el aumento de costos y la incertidumbre económica se suman a la preocupación de los productores, quienes ven amenazado su plan de siembra debido a la sequía persistente.
La Bolsa de Comercio de Rosario emitió un informe que resalta la grave situación de la campaña. La falta de agua ha llevado a replantear los planes de siembra, lo que podría resultar en una reducción significativa del área de maíz en comparación con la campaña anterior, incluso por debajo de 1,5 millones de hectáreas. Ante esta situación, los productores han manifestado su reticencia a avanzar en la siembra sin tener garantías de un perfil de agua adecuado.
Para avanzar en el ciclo de manera óptima, los técnicos sostienen que se necesitan al menos 50 milímetros de lluvia. De lo contrario, se corre el riesgo de retrasar la fecha de siembra, lo cual se suma al aumento de los costos de fertilizantes y otros insumos, obligando a tomar precauciones adicionales.
El informe también destaca que el 95% de la región núcleo presenta reservas de agua escasas o regulares. La sequía se mantiene particularmente sobre el oeste de esta área, aunque empieza a extenderse hacia el este. Esta preocupante condición se suma a la incertidumbre por los requerimientos hídricos para una campaña exitosa.
A pesar de este panorama, hay indicios alentadores. El fenómeno del Niño se ha fortalecido, lo que podría traer consigo lluvias en octubre. Sin embargo, la incertidumbre persiste respecto a septiembre y su impacto en la siembra temprana de maíz.
El aumento de costos y la disponibilidad de insumos también generan inquietud en el sector. La preocupación no solo radica en los precios, sino en la disponibilidad y entrega de los insumos necesarios, como los fertilizantes. Los cambios abruptos en los precios y las condiciones del mercado añaden más incertidumbre, dificultando la planificación y el retorno de la inversión.
El análisis de los números revela una disminución en el precio de los granos y un aumento en los costos de insumos clave, como la urea. Esta situación ha impactado directamente en los márgenes netos del maíz, lo que agrega presión sobre los productores. En un mes, el costo por hectárea de la urea aumentó significativamente, lo que se tradujo en una disminución en los márgenes tanto para campos propios como alquilados.
En resumen, la combinación de sequía, aumento de costos y volatilidad del mercado está generando un panorama complicado para la campaña de maíz en la zona núcleo. Los productores enfrentan desafíos importantes mientras esperan cambios en el clima y estabilidad en los costos y condiciones del mercado.