El lunes 19 de junio de 2023, en Estados Unidos, los mercados de futuros se encontraban cerrados debido a un feriado. Sin embargo, la tensión prevalecía después de dos días de fuertes aumentos en los precios. La preocupante falta de humedad se extendía por la mayoría de los territorios de tres estados clave para la producción de cultivos como soja y maíz. Iowa, Indiana e Illinois contribuyeron con el 42% del maíz y el 37% de la soja en el año 2022, lo que resalta su importancia.
Hasta el momento, no se observan señales de lluvias en el radar de esta zona productiva, al menos en los próximos cuatro días. Además, las perspectivas a largo plazo son inciertas. El mercado en Estados Unidos ha experimentado un aumento en los precios debido a estas condiciones climáticas desfavorables y a las precipitaciones notablemente inferiores a lo normal desde mediados del mes pasado. Mayo de 2023 se registró como uno de los meses más secos en 153 años, y hasta ahora junio no muestra signos de mejora, especialmente en los estados mencionados.
Ante la proximidad del feriado del lunes 19, los inversores en Chicago se pusieron nerviosos y, temiendo perderse un aumento aún mayor en los precios, intensificaron la prima climática. Además, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), un organismo similar al Servicio Meteorológico Nacional, presentó proyecciones poco favorables para julio y agosto, los períodos críticos para el maíz y la soja, respectivamente. Además, las proyecciones a largo plazo no garantizan una reversión total de la sequía, como indica el mapa con tonalidades de marrón oscuro.
Es importante tener en cuenta que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha estado reduciendo las condiciones de los cultivos de maíz y soja. Aunque se espera que los rendimientos sean aceptables, ya no se prevén cosechas récord como al comienzo de la temporada. Sin embargo, las estimaciones actuales no indican una escasez significativa de stocks. El área marcada en rojo en el mapa muestra la erosión de los rendimientos proyectados originalmente.
La incógnita es hasta qué punto se deteriorarán los cultivos. Hasta ahora, las deficiencias de humedad en el Cinturón del Maíz no han encontrado alivio. Según John Baranick, meteorólogo de la consultora DTN, el patrón climático actual es menos estable que entre mediados de mayo y principios de junio, lo que resultará en la movilidad de sistemas climáticos en todo el país.
Sin embargo, parece que no hay suficiente fuerza para generar áreas generalizadas de lluvias y tormentas eléctricas en la mayor parte del cinturón maicero/sojero en el corto plazo, lo que podría cambiar las condiciones de muchos cultivos. Una vez más, gran parte de esta región clave perdería precipitaciones significativas.
Las temperaturas también están aumentando, y se espera un cambio a niveles superiores esta semana. Una ola de calor en México se extenderá hacia el norte e intentará conectarse con otra ola que se moverá hacia el área de la Bahía de Hudson. Esto creará un bloqueo temporal en el patrón climático y mantendrá la mayor parte del Cinturón del Maíz seco. Además, las altas temperaturas originarán condiciones mucho más cálidas de lo normal en esta importante zona productiva del país.
Hacia el próximo fin de semana, tanto el modelo europeo como el estadounidense aumentan las probabilidades de lluvias en la zona. Aunque los modelos no pueden predecir con precisión la cantidad o la cobertura de estas precipitaciones a una fecha tan distante, sugieren otro período potencial de aumento de las lluvias en áreas necesitadas. Sin embargo, hasta ahora, los modelos han sido inconsistentes.
Baranik señala que no se deben hacer comparaciones con la gran sequía de 2012, ya que ese desastre fue provocado por el fenómeno de La Niña, que generó sequedad y calor extremo en julio de ese año. Según él, no se espera algo similar para julio de 2023. Además, los híbridos actuales son más resistentes al estrés por sequía que los utilizados en 2012.
Sin embargo, la probabilidad de un verano fresco se desvanece, lo que genera preocupación por el estrés por calor durante el resto de la temporada. Solo una sucesión de lluvias podría aliviar rápidamente esta situación, pero por ahora no parece ser una realidad.
Un analista estadounidense advierte que este mercado está siendo influenciado por la suposición de una menor oferta, lo que lo vuelve peligroso. Una buena cantidad de lluvias podría cambiar la tendencia y, a medida que los precios aumentan, la demanda disminuye. "Un mercado influenciado por el clima puede hacerte parecer muy inteligente o muy tonto en poco tiempo. Terminamos la semana con un fuerte aumento; un mercado alcista requiere mantenerse activo, mientras que uno bajista solo necesita aparecer".
En cuanto a Argentina, es probable que quede excluida de los beneficios generados en este escenario al menos hasta diciembre próximo. El país se ha aislado del resto del mundo, especialmente en el ámbito agrícola, debido a intervenciones y distorsiones en los mercados. La relación entre la oferta y la demanda global ya casi no existe, y tampoco hay una conexión razonable con la relación real entre la oferta y la demanda local.
Recientemente, hemos presenciado una semana en la que los avances logrados en los mercados de soja y maíz en Chicago superaron ampliamente los beneficios obtenidos en los mercados argentinos. Estamos observando desde afuera, sin poder participar de la celebración.
Esta brecha podría ampliarse y depende, principalmente, de dos factores. Por un lado, la percepción de los compradores locales, quienes seguirán frenando las ofertas en dólares si detectan la posibilidad de un aumento en los precios de la soja o el maíz. Los mercados han sido tan desequilibrados que todos los cálculos usuales han quedado obsoletos.
Por otro lado, la proximidad con Brasil podría perjudicarnos. Nuestro vecino cuenta con una enorme producción de soja y maíz a precios bajos, incluso con serias dificultades para sus propios productores, quienes están experimentando una caída en la rentabilidad sin precedentes.
Será necesario replantear la situación de Argentina a partir de las próximas elecciones, así como también reformar los mercados de productos agrícolas. No hay duda al respecto.