El Gobierno de Bolivia reconoció que la producción nacional de trigo no es suficiente para cubrir la demanda interna, lo que obliga al país a importar este cereal esencial para la elaboración del pan.
"Hay que reconocer que no producimos toda la demanda nacional en trigo, más que todo para la población boliviana, necesariamente necesitamos importar", afirmó el viceministro de Desarrollo Rural, Álvaro Mollinedo.
Según datos oficiales, Bolivia consume anualmente alrededor de 750.000 toneladas de trigo, mientras que la producción nacional alcanza poco más de 300.000 toneladas, generando un déficit del 60%.
El viceministro Mollinedo explicó que el año pasado fue especialmente complicado para los productores de trigo debido a condiciones climáticas adversas, principalmente la sequía, que impactaron negativamente en los rendimientos.
"Uno de los factores que nos afectó fuertemente fue la sequía. Vamos a hacer todo lo posible para incentivar la producción de este grano necesario para nuestra población y evitar un incremento en el precio del pan", aseguró.
El anuncio llega en un contexto de alerta por el posible aumento del precio del pan, un alimento básico que actualmente cuenta con subsidios del Estado. Gracias a la intervención de Emapa (Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos), el precio de la harina se mantiene por debajo del mercado, permitiendo que el pan tenga un costo fijo de Bs 0,50 por unidad.
El Gobierno busca equilibrar el suministro de trigo mediante incentivos a los productores nacionales y la importación estratégica, a fin de garantizar la estabilidad en los precios de este producto de primera necesidad.
Esta situación resalta la importancia de fortalecer la producción nacional de trigo como una medida para reducir la dependencia de importaciones y enfrentar los desafíos climáticos que afectan al sector agrícola en el país.